martes, 30 de abril de 2013

Relojes extraordinarios,Medidores del tiempo



Uno de los primeros  conceptos que manejamos  los hombres en la antigüedad  fue la toma de conciencia de que éramos unos seres con una duración  limitada.  La primera percepción de ese tiempo nos la señalaba la salida ocaso del sol. Otros referentes fueron el cambio de estaciones, las migraciones de las aves .etc.

Ya en la antigüedad, egipcios, griegos y romanos idearon diversas formas para medir el tiempo, los relojes solares y las clepsidras de los que hemos hablado, no eran muy fiables, pero tampoco se necesitaba más precisión.

Hace más de 5.000 años los babilonios y egipcios crearon los primeros calendarios para poder organizar la vida de las comunidades, sobre todo en cuestiones relacionadas con la agricultura y el comercio. Aquellos primigenios calendarios se basaban en tres ciclos diferentes: el día solar, el mes lunar y el año solar que marca el paso de las estaciones.

Y lo más palpable fue la observación de la misma vida del hombre, desde su nacimiento, su crecimiento y reproducción, su envejecimiento y muerte.

El calendario gregoriano actual hunde sus raíces en aquellos sistemas ideados por los babilonios y egipcios, heredados posteriormente por los griegos y el Imperio Romano. El antiquísimo calendario civil egipcio dividía el año en doce meses de treinta días cada uno, añadiendo cinco días para ajustarlo al ciclo solar de la Tierra alrededor del Sol.
. Fue el primer sistema posicional de la numeración conocido por nosotros. Los números en el sistema se representaban con la ayuda de solo dos símbolos, una cuña vertical V que representaba a la unidad y una cuña horizontal para el número diez.
Estas cuñas resaltaban en las tablillas de las cuñas de arcilla por los palitos inclinados y tomaban la forma de un prisma. De aquí surgió la denominación de coniforme para la escritura de los antiguos babilonios. Con ayuda de los signos mencionados, todos los números enteros del 1 al 59 conforme a un sistema decimal se podría escribir exactamente como en la numeración egipcia: es decir, que los signos para el diez y la unidad repetían, correspondientemente tantas veces como el número decenas y unidades.
Las fracciones sexagesimales se utilizaron mucho en la época de los babilonios. Pero aún hoy en día dividimos 1 hora en 60 segundos, y 1 minuto en 60 segundos. Exactamente igual, dividimos la circunferencia en 360 partes, llamadas grados, un grado lo dividimos en 60 minutos, en tanto un minuto en 60 segundos.
El sistema sexagesimal usa una mano, pero dejando aparte el pulgar, que se utiliza para contar los 4 dedos restantes, cada uno de los cuales tiene tres falanges (4 * 3 = 12). Al operar además con los cinco dedos de la otra mano (12 * 5 = 60), se obtiene el número que sirvió de referencia a toda la civilización, además del motivo por el que las horas tienen 60 minutos y los círculos 360 grados.

 En aquella medición del tiempo era muy importante el conocimiento astronómico, sobre todo el referente a los movimientos en la bóveda celeste de ciertos astros, como la estrella más brillante de nuestros cielos, Sirio. Años, días, horas, todo un sistema creado por los egipcios que se difundió por toda Europa y que sobrevivió casi 3.000 años. 



Así es  la importancia dada a la cronología, a nuestra propia evolución, todo era necesario, las mediciones, los instrumentos astronómicos, como los astrolabios y los nocturlabios, que tomaban como referencia el sol o de las estrellas.

Algunos relojes extraordiarios

Reloj de sol de bolsillo

Los relojes de sol portátiles se denominan “ diptics” porque están constituidos por dos plaquetas que se abren en forma de libro, datan de la época medieval.
Se caracterizan por su doble giro a un mismo tiempo y en un mismo reloj, en  parte vertical la sombra se desplaza hacia la izquierda y la parte horizontal la sombra se desplaza hacia la derecha




Reloj de sol portátil

El reloj de sol portátil más antiguo que se conoce fue hallado en Egipto y se supone que pertenece a la época de Tutmosis III (1500 a.C.).
Consiste en la unión de dos listones de madera formando una “T”. El listón más corto servía de gnomon y el más largo tenía gravado los signos de las horas. Para saber la hora se orientaba el listón superior (el corto) de norte a sur y el listón de las horas hacia el lado donde se proyectaban las sombras, es decir, hacia el oeste antes del mediodía y hacia el este después del mediodía.
Características a destacar: la sombra mengua hasta las 12 A.M. y se alarga a partir de las 12 P.M., por consiguiente tenemos un reloj que funciona hacia a delante por la mañana y hacia atrás por la tarde.



Reloj de Sol de Aro



Reloj de sol  Dionysios.

Reloj de sol en forma de racimo de uva, inspirado en Dionysios , uno de los dioses de la mitología Griega, dios protector de la vid y del vino. 


 Reloj de Cronos Aión

Aión, Chrónos y Kairós La civilización grecorromana es la base del pensamiento Occidental; por consiguiente, el estudio de las ideas de dicha cultura referentes a la expresión del tiempo resultará enriquecedor para comprender las raíces de las teorías históricas actuales. Anteriormente hemos expuesto que durante la Época Clásica se recurrió a la Mitología para la explicación de los fenómenos y conceptos. Pero, por más que la Mitología sea casi en su totalidad un tejido continuo de fábulas, no por ello deja de poseer una utilidad incontestable a la hora de aclarar la mentalidad o cosmovisión en el mundo antiguo y por ende el imaginario colectivo actual (memoria). De este modo, los mitos continúan vivaces en el imaginario colectivo, inspirando nuevas y renovadas interpretaciones de nuestro mundo espiritual e intelectual (Sigmund Freud, Carl G. Jung, ...)
La cultura griega clásica conceptualizó una trilogía divina para introducir y expresar el término de tiempo: a. Aión, dios del tiempo absoluto y perfecto que representa la eternidad. b. Chrónos , dios del tiempo en tanto que dimensión empírica, o sea, su medida. Por ello es móvil, limitado e imperfecto, o en palabras de Platón (Timeo 37) es sólo la imagen de la eternidad. c. Kairós, como el momento favorable (la oportunidad), no regular.
Aión representaba en un principio el tiempo de vida, y por extensión, la duración de ésta; pero terminó por designar la eternidad, la duración sin principio ni final como totalidad simultánea de todos los tiempos.
Chrónos (Saturnus en el panteón romano) personificaba, en cambio, el tiempo cronológico, de la sucesión ordenada (lo que miden los relojes). Era el dios del envejecimiento. Por otro lado, y frente al tiempo representado por Chrónos, los antiguos griegos utilizaban la palabra Kairós para denotar el momento favorable o la oportunidad idónea.
Kairós los antiguos griegos entendían un intervalo de tiempo relativamente breve; pero no era el instante o presente actual (nyn) del que manan Chrónos y Aión, 40 sino el momento adecuado o favorable.




Reloj polar

El reloj denominado polar consiste en una superficie convenientemente inclinada que sigue la dirección de los polos geográficos y orientados de cara al sur.
Como que el gnomon, la aguja indicadora, esta paralela al eje de la Tierra,  está también respecto de la superficie del reloj


Clepsidra naufrago

Clepsidra es el reloj de agua, que mide el tiempo sobre la base de lo que tarda una cantidad de agua en pasar de un recipiente a otro, de iguales dimensiones, que está debajo. Por extensión, se ha llamado también clepsidra al reloj de arena, con el que se mide el tiempo por medio de dos ampolletas o recipientes de forma cónica, de vidrio o cristal, unidos por el vértice, de modo que la fina arena contenida en el de arriba vaya pasando lenta, pero continuamente al de abajo. Lo que tarda en pasar es la unidad de medida del tiempo.

 Estas sencilla clepsidra consiste en un recipiente de bronce perforado en su fondo que se coloca sobre el agua. Este recipiente flota mientras se va llenando de agua; finalmente se hunde haciendo ruido, y así señalando el paso de un determinado tiempo.
Su origen se remonta a la Babilonia y el Egipto del siglo XV a.C. Los árabes utilizaron este sistema en Valencia, y hoy día se emplea en el Norte de África para medir el tiempo durante el cual un campesino puede utilizar el agua de riego en las sequías comunitarias.
En el Vall de Segó, cerca de Sagunt, conocemos dos variantes: “ l´olla” que se hundía aproximadamente en una hora y el “carapit “, que lo hacía en siete minutos y medio (1/8 de hora


Avisador Chines

Estos són los relojes de combustibles empleados antiguamente en China, consistía en una figura de sobremesa que representaba a un dragón, a lo largo de su cuerpo había un canal que se rellenaba de una substancia sólida y combustible como podía ser el incienso o ceras ; se encendían por un extremo y tardaba un determinado tiempo en consumirse llegando al extremo opuesto.
En un punto concreto del canal se podía colocar un hilo del cual colgase unas pesadas bolas de bronce, y al llegar la incandescencia a aquel punto el hilo se rompía y la bolas caían sobre un gong produciendo un gran ruido de esta forma se utilizaba  como un  rudimentario despertador



Reloj de sol Hemisférico

Es un gnomon al cual se ha cambiado la superficie plana donde se proyectan las sombras, por la superficie hemisférica dividida en tantos sectores iguales como horas tiene el día. De esta manera no cuenta la longitud de la sombra, ya que el estil palo es el radio de la esfera, y es por tanto la posición de la punta de la sombra la que nos da la hora. 



Reloj de sol Ecuatorial


 Este tiene su plano paralelo al plano del ecuador, de manera que en horizontal podemos  disponerlo  sobre una mesa o colgarlo de una parez en  vertical



Aguja de Cleopatra

El Faraón Tutmés III mandó que construyeran este reloj de sol en la Heliopólis de Egipto sobre el año 1500 a.C. Se supone que pudo ser uno de los relojes de sol gigantes que decoraban las plazas públicas de hace unos 3500 años. Lo trasladaron a Inglaterra en el año 1877 colocándolo en el Thames Embank men de Londres. En la Ciudad de Nueva York se encuentra otra Aguja de Cleopatra, situada en el Central Park, a donde fue trasladada desde Egipto en 1880.


También existieron instrumentos astronómicos como los astrolabios y los nocturlabios que tomaban como referencia el sol o de las estrellas.


El nombre del Astrolabio proviene de la palabra griega "Astro", que significa estrella, y de la palabra Labio, "el que busca, por lo tanto, literalmente Astrolabio, podríamos traducirlo por el encontrador de estrellas. Sin embargo, este instrumento tan antiguo y complejo tiene además otro tipo de aplicaciones, a saber: determinación de la hora del día o de la noche, mediante la observación del Sol o de un Astro sobre el horizonte, determinar la hora de salida de las estrellas, así como una aplicación astrológica de la que hablaremos más adelante. 
Las primeras notas que encontramos del desarrollo del Astrolabio se refieren al Centro de Investigaciones de Alejandría. 
Fue Hiparco, aproximadamente en el año 150 a.C., el primer Astrónomo que mediante la teoría de la proyección estereográfica diseñó lo que podríamos denominar el primer Astrolabio Planisférico. 
Claudio Tolomeo, en el 140 d.C., en su libro "Almagesto", desarrollaba un instrumento denominado "Astrolabon Organon", muy parecido a una esfera Armilar o buscador de estrellas en términos de coordenadas eclípticas. Otros textos importantes sobre el Astrolabio son los realizados por Juan de la escuela de Alejandría, hacia el 530 d.C. 
Y por Severus (650d.C). Destaca la obra del gran erudito judío Masha-Alla (850 d.C) por la influencia que tuvo sobre los científicos europeos de siglos posteriores. 
A partir de la reconquista de Toledo por los Reyes Católicos, se abrió camino a la nueva ciencia a través de Europa. 
A mediados del siglo XIII Alfonso X El Sabio, de Castilla, creó la Escuela de traductores de Toledo, donde numerosas obras Islámicas fueron traducidas, sentándose las bases para la realización de unas nuevas tablas astronómicas. 
En Europa el Astrolabio llegó a ser instrumento de uso imprescindible para Astrónomos, Astrólogos y Agrimensores, hasta finales del siglo XVII en el que fue reemplazado por instrumentos más exactos (telescopio). En el mundo Árabe su uso se prolongó hasta el siglo XIX.  



El nocturlabios es una versión simplificada del astrolabio que solo funciona por unas estrellas concretas.
Para su utilización hay que centrar el instrumento mirando la estrella Polar, por e l agujero central y situar el brazo móvil señalando la estrella concreta para la cual ha estado construido. Por ejemplo , alfa y beta Ursae Majoris (Dubhe i Merak) situadas a la parte de atrás del carro o Ossa Major. La hora se lee directamente encima de un disco que ha estado previamente ajustado según la fecha




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