viernes, 3 de mayo de 2013

Campanas



 Es preciso detenerse en la historia  y evolución de los relojes de torre  tal y como los conocemos ahora, para darnos cuenta de la  repercusión social  que daría lugar a la combinación o fusión  de ambos elementos en  las torres medievales, si por un lado el hombre busco  artilugios capaces de orientarnos  en  lugar y tiempo , por otros se construían instrumentos  que pudiesen  convocarnos., reunirnos en un entorno


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Las campanas ya eran conocidas en China antes del año 2000 a.C., y en Egipto, la India, Grecia, Roma así como en otras culturas antiguas. Desde  el principio  se emplearon para la comunicación, como objetos rituales y como amuletos mágicos en las (Puertas de la  entrada) o en forma de collares para reconocer animales domésticos





Siempre se las consideró un instrumento sagrado de gran importancia tanto en  la Cultura  Budista utilizadas  como terapia con cuencos tibetanos. Se  dice que los orígenes de las campanas son de Italia y que el nombre de dicho instrumento fue lo que influenció el nombre de la región de Campania lo cierto es  que documentación amplia existe, pero históricamente está comprobado que los Chinos y los egipcios las utilizaban hace miles de años.
Sin dudar la campana en cualquiera de las culturas en las que han sido utilizadas siempre fueron  por un motivo de misticismo. Las campanas las podemos encontrar tanto en oriente como en occidente. Existen innumerables versiones en su composición

 Campanas Tibetanas

Cuando pensamos en las cosas relacionadas con la cultura budista, uno de los primeros instrumentos que podemos familiarizar sin ningún problema es la famosa campana tibetana. La campana tibetana representa al principio femenino "perfección femenina" por su vinculación con la naturaleza.
El dorje y la campana representan la perfección en la religión budista. La campana se toma firmemente con la mano izquierda y el dorje con la mano derecha, de esta manera se representa la unión inseparable del método y la sabiduría muy importante para conseguir la iluminación tan importante en el budismo.


La fabricación de las campanas tibetanas es elaborada artesanalmente y fundida  individualmente. Los moldes de las campanas externas e internas están constituidas en arena realizadas con una excepcional técnica de vaciado de arena. En la base y en la parte superior del mango de la campana tibetana casi siempre se representa con tres collares de perlas que representan las seis actitudes de largo alcance como paciencia, generosidad, moralidad, entusiasmo perseverante, concentración y sabiduría...
En las campanas tibetanas encontraremos una gran variedad de símbolos budistas como los pétalos de Loto que representa los ocho discípulos de Buda y las ochos silabas del mantra que simbolizan los ochos consortes.
Generalmente y como dictan los budistas las campanas han de estar compuestas por los siete metales sagrados como el mismo sistema de los cuencos tibetanos. El efecto de la suave vibración de la campana es percibido por todo el cuerpo, de lo cual deriva también su uso para las terapias complementadas con los cuencos tibetanos.


Tingshas Tibetanos
La explicación del nombre de Tingsha se refiere a que Ting es el sonido que hace cuando se repican entre ellos también significa pequeña campana de metal de un altar budista. Sha su significado es " suspendido", entonces tendremos en cuenta que su significado será pequeña campana suspendida. El Tingsha ó Crotalo está compuesto por dos platillos de metal de composición como los cuencos tibetanos y la campana tibetana de aleación de siete metales unida por una tira de cuero natural. El tingsha cuando es golpeado entre si emite una nota pura, suave, penetrante y fuerte. Hay varias medidas de Tingshas pero como norma general existen tres modelos que serían los pequeños, medianos y grandes. Se encuentran con grabaciones de símbolos budistas, con el mantra m Padme Hum ó con unos dragones grabados. 






El uso de las campanas para anunciar cualquier acontecimiento más o menos notable es muy antiguo, pero en la Iglesia comenzaron a usarse en un tiempo relativamente tardío.
El aviso para los Oficios Divinos, en los primeros siglos, se hacía de viva voz; parece que existieron unos diáconos, cuyo nombre era "cursores", que avisaban de casa en casa.




El uso de las campanas aparece en la Iglesia Occidental, en el siglo VII y en la Oriental, parece que no se usaron antes del siglo IX, apareciendo las primeras campanas en Santa Sofía de Constantinopla. Láminas de madera, golpeándolas unas contra otras; una barra de metal, bocinas o trompetas (prescritas por la Regla de San Pacomio para congregar a los monjes).
Cuando se pusieron en uso las campanas, en un principio, no había más que una en cada iglesia, multiplicándose posteriormente.
Al crecer el número de campanas, como asimismo el volumen de las mismas, se vio la necesidad de construir torres para colocarlas debidamente y para que la sonoridad de las mismas pudiera esparcirse más.



OFICIO DE LAS CAMPANAS
Las voces de las campanas, fomentan las relaciones espirituales y nos ayudan sobrenaturalmente recordándonos aquella festividad que se conmemora o aquella función religiosa que va a celebrarse; excitan en nosotros sentimiento de tristeza, si doblan a muertos, o nos dan alegría, si sus repiques recuerdan alguna efemérides célebre o algún acontecimiento que no debe pasar desapercibido, o incluso, nos dan a veces la señal de alarma, por algún peligro que se cierne sobre nosotros. 

BAUTISMO DE LAS CAMPANAS

Poniendo de manifiesto la importancia de las campanas a la solemnidad con que se realiza su bautizo, cuyo acto ritual cumple el Obispo, o su delegado revestido con capa pluvial blanca, acto que tiene lugar de la manera siguiente: se reza por quien bendice junto con los otros Ministros asistentes los Salmos 50, 53, 56, 66, 69, 85 y 129. Se bendice la sal y el agua con la que se lava la campana; después se seca con un trapo, rezando los otros Salmos. El Oficiante hace con el pulgar de la mano derecha sobre la campana una cruz con el aceite de la Santa Extremaunción; y dice una oración que se refiere a las trompetas de los hebreos convocadoras del pueblo, y después, bendice la campana, invocando las virtudes de los metales fundidos contra los elementos diabólicos y adversos.
Limpia la campana de la cruz hecha; el coro canta la antífona con el Salmo 28; entre tanto el Oficiante practica siete cruces con el dedo mojado en aceite en el exterior, y con el Crisma, cuatro en el interior, diciendo: Sancti ficetur et conse cratur, Domine, signum istud.
In nomine Pa tris, et Fi lii, et Spiritus Sancti. In honorem Sancti N. Pax tibi. Otra oración bendicional, esparcimiento por dentro de la campana del humo del incienso, rezo del Salmo 76 y, por fin, lectura por el diácono del Evangelio introirit Jesus quoddam castelium del capítulo 10 de San Lucas.
Cuando en los días de Jueves Santo y Viernes Santo, las campanas enmudecen, tocan para señalar las fiestas o actos del culto, la matraca, que es una rueda de madera que hay en el campanario y que al dar vueltas los mazos de madera de que está compuesta, resuenan como unos timbales destemplados, produciendo un sonido seco y extraño, que no obstante de sus pequeñas dimensiones, se percibe el sonido a bastante distancia.
Cuando en un campanario, se coloca una campana nueva bautizada y apadrinada, era costumbre en aquellos tiempos, que el Señor Deán, u otro miembro del Cabildo Catedralicio, se trasladara al lugar de procedencia y con un diapasón medía el sonido de la mencionada campana, y soplando con dicho instrumento, comprobaba sus notas nominales.
El diapasón: es un instrumento usado para comprobar el sonido o nota que ha de producir.

TOQUE DE TEMPESTAD
Se sabe de algunos casos de morir electrocutados los campaneros o sacerdotes encargados de tocar las campanas en época de tempestad; por ello ha ido desapareciendo esta costumbre.
En Casa de la Selva, había una costumbre de tocar las campanas durante las tempestades, costumbre arraigada en otros muchos lugares con el propósito de espantar las tempestades, hasta que el Ayuntamiento de dicha población estimó peligrosa dicha práctica y que la manera de prevenir posibles desgracias consistiría en dotar las Iglesias de pararrayos, por lo que acordó prohibir el toque de campanas en caso de tempestad. El Vicario General de esta diócesis creído que la práctica de tocar las campanas en las tempestades era piadosa, se levantó contra tal acuerdo que fue confirmado por el Gobernador Civil de la Provincia; después recurrió contra el Tribunal del Contencioso administrativo, que se declaró incompetente para conocer de la demanda; pues las gestiones de Seguridad e Higiene podían ser objeto de contencioso.
Esta prohibición fue establecida a la vista de los casos que habían ocurrido al morir electrocutados los campaneros que se atrevían a tocar a mal tiempo a causa de caer en el campanario un rayo.


LAS ÚLTIMAS CAMPANAS - cordis lacrimam-

La CAMPANOLOGIA, en  España , está en trance de desaparecer, pero lo grave es, que también están a punto de desaparecer los profesionales de las campanas, los campaneros, llevándose con ellos el testimonio vivo de su saber y su arte, por fortuna mi  admirado amigo,  Antropólogo de las campanas, FRANCESC LLOP I BAYO está rescatando los toques de campanas de Aragón y probablemente de toda España  a tenor de tiempo y sacrificado estudio
Según él, también nos cuenta, que en el extranjero hay numerosísimos trabajos sobre campanas y una extensa bibliografía, asociaciones de campanas - de hasta 20.000 afiliados y una revista semanal, como es el caso de Inglaterra -, en España, en cambio, no hay hecho casi nada, y segundo, porque queremos saber cómo ha funcionado este hecho cultural, comunicativo.
- En las campanas hay tres aspectos: El histórico, inscripciones y archivos; el musical y el aspecto cultural y Social: Lo urgente es ahora estudiar este último, que es lo que está desapareciendo.
El problema es que los campaneros están en trance de desaparición. Ya sólo quedan  unas docenas de personas que saben tocar las campanas; - la casi totalidad muy mayores -, de los cuales continúan tocando en la actualidad un pequeño porcentaje. Lo acuciante es recoger los toques que saben.
El trabajo es urgentísimo "recoger" a todos los campaneros, no sólo lo que hacen, sino qué técnicas emplean; las manos, los pies, los codos, subidos a la escalera, encima de la campana o debajo de ésta desde la calle... y luego, el resultado que se obtiene con esas técnicas; Qué es lo que toca y qué significa.
"Hablando de campanas" el origen en estos momentos, es muy difícil de establecer. La Campana es un instrumento más antiguo que el tam-tam ya que trabaja por categorías, que es una forma anterior de hablar. Funciona por categorías temporales y sociales.
Hablan de partes del tiempo; así, el toque de media mañana es a misa, pero también que las mujeres lo dediquen para hacer la comida y los hombres, paren un rato. Al ser los toques más largos para adultos que para niños, para ricos que para pobres, para hombres que para mujeres, éstos reproducen categorías sociales.
El empleo de la repercusión es muy antiguo. Pero el empleo de campanas en Europa parece que empieza en el siglo VII; en el VIII y el noveno se dan normas de toques; pero éstos no se parecen nada a los de ahora. El Concilio de Trento marca la época en que se delimita ser los toques en las Catedrales y grandes parroquias.
- Los toques de campanas son ese medio de comunicación tradicional que transmite mensajes que la gente escucha y sabe interpretar; que constituye el tiempo comunitario, marcando ritmos temporales colectivos; los toques también indican el espacio donde ocurren cosas importantes para el grupo y asimismo cierta representación de la estructura Social. Lo religioso y lo civil están completamente mezclados.
- En cada sitio los toques son distintos, y distinta la técnica y los ritmos. El número de toques valía mucho; desde seis en los pueblos pequeños hasta pasar de cien en una ciudad grande.
muchos nombres: mortijuelo, parvulillo, infantico, retajo, Funeral de Angel y funeral de Gloria.
- También hay técnicas de campanas muy raras y con toques muy raros.
Por ejemplo, donde hay sólo dos campanas, como es el caso de los pueblos pequeños, se repica con una cuerda en cada mana. Para repicar cuando hay tres campanas, se utilizan tres cuerdas a cada badajo correspondiente. Cuando hay cuatro campanas, la cosa es más sencilla porque salen más notas musicales, y aunque éstas son más complicadas, en el arte de los repiques de las mismas; porque éstas el campanero tiene que tener sujetas en ambas manos una cuerda que lleva dos campanas e igualmente otra, que lleva otras dos, y tocan a su ritmo las cuatro a la vez. Ahora bien, cuando se trata de voltear las campanas, eso ya es otra historia; cuando la campana es grande, intervienen varias personas
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SOBRE LA CAMPANA

Es opinión generalizada la que atribuye la mención de las campanas, a la Campania, (Italia) por haberse empezado a fundir allí las campanas más grandes y de más calidad del bronce.
Durante los años 604 a 606 se mandó que en todas las iglesias católicas, se colocaran campanas que tocasen en los Divinos Oficios, misas solemnes y festividades.
Las campanas simbolizan a los Prelados, predicadores y confesores, y así como ellos llaman a los fieles para que vayan a escuchar la Palabra Divina; a rezar y pedir a Dios, por el cumplimiento de todas las obligaciones del buen cristiano, los Predicadores y confesores con su ejemplo y persuasión, han de atraer a los fieles.
La dureza del metal de las campanas, significó la fortaleza y la constancia de los Prelados y Predicadores para reprender los vicios.
La Misa Mayor, se toca para aquellos fieles que concurren a presenciar el más grande Sacramento del Amor a Jesucristo y al alzar la Hostia se toca la campana más grande del campanario, en cumplimiento de la disposición de Gregorio IX, en 1240, para que los fieles que no estén en la Iglesia, recen con reverencia y pidan a Dios en aquellos momentos de augusta adoración.
Cuando se quiere anunciar que en una Iglesia hay sermón, se toca una sola campana, simbolizando que es un solo Evangelio el que predica la Iglesia, una sola doctrina y una sola ley de Cristo y la Palabra Divina.
Son tres toques de oración cotidianos, que todo el mundo conoce; son por la mañana, en rememoraciones de la Resurrección; al mediodía, en memoria de la Pasión y el vespertino, que es el más solemne, en recuerdo del supremo momento de la Encarnación.
Durante los días antes citados de Semana Santa, no se tocan las campanas al igual que a los Obispos, Pastores y Predicadores evangélicos, en los cuales en semejanza al símbolo bello que enmudecieron huyendo de la Pasión en aquellas fechas que estuvo Jesucristo en el Sepulcro hasta que resucitó.
En cambio, en las grandes festividades que la Iglesia conmemora, suenan todas las campanas para representar la gran y cabal alegría de la Iglesia Militante, a la imitación de la Triunfante.
Una disposición canónica dice que las catedrales tengan cinco o más campanas; las parroquias dos o tres; y las Iglesias de Ordenes mendicantes u Oratorios particulares.


En los Concilios celebrados en 1584, 1585 y 1590, prohibieron que las campanas se destinen a otros usos que los religiosos; pero en el siglo XVI, la Congregación de obispos y regulares dispensó de tal prohibición en casos de utilidad pública, como todos recordarán haberlos oído, anunciando fuego, mal tiempo, etc.
En época de los romanos las campanas tenían diferentes fines: indicaban la apertura del mercado, la hora de baños, avisaban el paso de los criminales al suplicio, la aproximación de un eclipse y otros acontecimientos en los que era costumbre señalarlos con las campanas. Además, se colgaban en el cuello de las bestias como amuleto para ahuyentar los lobos.
Hasta el siglo XIII, fueron de reducidas dimensiones las campanas, debido a las dificultades existentes. El Rey Roberto, regaló en el siglo XI a la Iglesia de Orléans, una campana que tenía por grande y tan solo pesaba 2.600 libras.
La de Canterbury, se necesitaron veinticuatro hombres para tocar una campana.
La más antigua de las campanas de la iglesia, es la de Chumascah, en Irlanda, de antes del siglo IX y de 8 pulgadas de diámetro y un pie de altura.
La de Toledo (siglo XVI) tiene tres metros de diámetro y pesa aproximadamente 40.000 libras.
La de la Torre Nueva del Pilar de Zaragoza, según dicen pesa 9.000 kg.
En Francia, la más gruesa es la de Montmatre, que pesa 18 toneladas.
La de Birma en Amarapura, pesa 117.000 kg.
La más colosal de Europa, es y ha sido la de Colonia (Alemania).
Al lado de estas enormes campanas, parece que las de Gerona han de hacer un mal papel, pero no es así. Sin llegar a esos pesos extraordinarios, está la "Beneta" de la Catedral, que pesa 4.800 Kgs. y bien cerca de los 2 ms. de diámetro y en cuanto a sonoridad y antigüedad también es digna de tener en cuenta.
Desde el siglo XII, las inscripciones de las campanas se hacían fundiendo el metal, pero desde mediados del siglo XIII se pone la fecha a relieve, mejorando la parte estética.
La sonoridad de nuestras campanas, es lo más importante, más que la grandeza y el peso, sonoridad que no deja de tener un vivo interés, debido a la manera que ha sido construida y la composición de sus metales.
La misión de los campaneros, es llamar a los fieles a los actos del Culto, pero tienen otras misiones. Y en efecto, por el sonido de las campanas, se extiende a los cuatro vientos la fiesta religiosa que se está celebrando o se celebrará.


Para dar paso al origen de la sincronización de la vida social mediante la medición del tiempo se hace imprescindible conocer el carácter divino y social  que se atribuye  de las campanas, cuyo viaje  se remonta en la Edad Media con la aparición de las campanas litúrgicas y las campanas de las horas en los campanarios, “, para que suene hora", que designa  la hora de las oraciones y los oficios de otras iglesias y monasterios. El resto de la sociedad se ajusta a estos tonos de llamadas horas canónicas.

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