sábado, 29 de agosto de 2015

Los relojes de la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación (Málaga) parte Iª



La Catedral de Málaga empezó a construirse en el año 1528. Se comenzó por la cabecera, llegándose hasta el crucero. En hacer esta obra se tardó todo un siglo. Es una de las más ricas catedrales de estilo renacentista-barroco que existen en España. Ocupa el lugar de la mezquita musulmana
Lo más popular de esta gran fachada, es el contraste entre la altísima torre septentrional, y la inacabada del sur, motivo por el cual, se denomina a la catedral de Málaga, “La manquita".
En esta altísima torre estuvieron alojados los dos  relojes que vamos a presentar, aunque hubo al menos otro anterior del que no tenemos noticias documentadas, salvo un oficio dirigido al Ilmo. Cabildo, en el que se exponían varias  quejas por el mal funcionamiento, motivo que dio lugar a su sustitución.



El primero al que haremos referencia es al denominado reloj de  J.R.Losada, no sin antes incluir una breve nota sobre este relojero  nacido en 1787 en Iruela (León) - España- que lo primero que cambio fue su apellido  (Rodríguez Conejero) por el de Losada,
No será aquí donde extender su amplia y más que dudosa bibliografía, pues nada más y nada menos que se le atribuye la capacidad de construir relojes, pasando de mozo de limpieza en una relojería londinense, a extender su comercio  de relojes por parte del mundo, cual multinacional moderna se tratase y todo ello en  un brevísimo espacio de tiempo. Lo cierto es que las fuentes y los expertos no se ponen de acuerdo y les asisten innumerables dudas, quizás porque aún no existe una minuciosa investigación sobre el  “modus operandi” de mítico relojero español.

 Como de relojes de torre hablamos, para situar al este relojero, diremos que se le conocen, el de la Puerta del Sol de Madrid, el del Ministerio de Fomento – (alojado en el  depósito municipal en Coslada, el de la Catedral de Málaga, del que trataremos, el del Colegio Naval de San Fernando en Cádiz, el del Ayuntamiento de Sevilla y el del Colegio de los Escolapios de Getafe.

Para la documentación del reloj  “Losada” de la Catedral Malagueña, me he  servido de dos artículos,  el segundo es extensión del primero, y es el primero que vamos a abordar, tiene como título “Matizaciones en torno a un reloj” de María Victoria Campos Rojas". Ambos beben de la misma fuente., el extracto de una revista publicada en 1974  “Jábega”  que recogía una antigua publicación de 1944, “Avisador Malagueño” entonces aparecía un artículo con el siguiente titular: ” En 24 horas el reloj de la Catedral se ha parado cinco veces”

La lectura de este artículo, con las consabidas matizaciones , no se aleja casi nada de las que se producen hoy en día,  setenta  años más tarde, dado que ya en estas fechas más o menos recientes la relojería mecánica de torre ya empezaba a ser sustituida y no reparada , los últimos técnicos capacitados por experiencia  solían trabajar para casas firmas o marcas, así que los consejos o matizaciones siempre irían encaminados a la sustitución y no al arreglo , .Así es el caso , pues  fue un reloj de la casa “Murua”  el que suplantaría el reloj de “Losada”

Entiendo que el título  de este articulo atiende con especial empeño  a las distintas interpretaciones que diversos técnicos hacen de la avería  del reloj, entre estas estarían los defensores de la reparación y los detractores, cuyo interés seria sustituirlo, y muy probablemente algunas opiniones de relojeros independientes.

 Esta  sería  la propuesta ideal para el análisis del término  “Criterio de restauración”. Como ya hemos dicho en alguna ocasión; una de las cosas que más perjudican a la práctica de la restauración de los relojes de torre dado que posiblemente sea mal aplicado es el término “criterio” entendido éste como “Norma para conocer la verdad, juicio o discernimiento”.

En el caso que nos trae, no se trata de criterio en torno a una restauración, ni tan siquiera a una reparación., las posturas totalmente opuestas de los técnicos de la época  dejan fuera de juego cualquier intervención. Tales posturas de diferentes expertos y especialista citados en el texto de la revista “Jábega”, constituyeron y aun constituyen, el caldo de cultivo para el cambio de reloj, eso sí, cada vez de más efímera existencia tal y como ordena la actual sociedad de consumo.
 Si bien he de  decir que sentido una especial filia con este relato de la época donde se conjugan todos los elementos de una novela plagada de ficción y de misterio, que seguro tuvo en jaque a muchos malagueños de la época dado que las disfunciones provocaron notables toques de campanadas a destiempo.
En definitiva solo se trataba de un asunto del que hoy si tenemos claro: El reloj de Losada estaba desajustado y las piezas a las que hacían referencia habían sufrido un desgaste inusual por el mal planteamiento, sobre todo porque una de las pesas, pesaba 365 K, un peso totalmente inadecuado para cualquier reloj de torre que se precie de  ser montado y ajustado por un experto.

 El segundo artículo titulado “ La Donación de un reloj” hace clara referencia a una de las mayores virtudes de los foráneos é indianos adinerados “ La donación”.


En el caso de los relojes de torre y también las campanas es un hecho muy repetido, parece  algo así como la perpetuidad de los nombres  reflejado en el tiempo, así pues són innumerables las donaciones de este tipo, dejando constancia de tales deseos hasta en los testamentos
Don Juan Larios Herreros comerciante y Comendador de la Real y Distinguida Orden de Carlos III donaba por disposición testamentaria el reloj de la Catedral de Málaga.
Las peritaciones y planes de obra empezaron en 1868 el  “Avisador Malagueño” informaba “ Ya están colocados en la torre de la catedral los aparejos necesarios para ejecutar la obra de albañilería preparatoria al nuevo reloj que el señor Losada construiría en Londres.
La crónica, muy extensa nos habla del deseo de colocar tres esferas más, también de las dificultades que entrañaba la perforación de los muros de la torre y describe con total exactitud las mediadas de las esferas (9 m) y  la longitud de las achujas además de darnos   una auténtica lección de la tecnología aplicada al reloj; del que el mismísimo Diario de Levante, define a Losada como el mejor relojero del mundo.

Gran artículo nos ha aportado la autora, pues en él recoge claramente y a través de documentos  la  normativa vigente sobe el reloj, que aunque de propiedad eclesiástica debía de tener todos los permisos civiles y por ello se comunica al Excmo. Ayuntamiento, de la falta de toques horarios, siendo este el encargado de efectuar toques manuales mientras finalice la obra.





Expuesto en una de las salas de la catedral, con la siguiente placa original:

POR LEGADO QUE EL S.R DN JUAN LARIOS Y HERREROS / HIZO A ESTA STA IGLESIA CATEDRAL DE UN RELOJ SE CONSTRUYÓ ESTE POR / INDICACIÓN DEL FINADO Y ORDEN DE SU HIJO EL EXCMO. SR DN JUAN LARIOS Y / ENRÍQUEZ, MARQUES DE VALLE UMBROSO POR EL RELOJERO ESPAÑOL SR / DN JOSÉ RODRÍGUEZ DE LOSADA EN LONDRES AÑO DE 1856. / CORRESPONDEN A ESTE RELOJ Y SON COMPLEMENTO DEL MISMO LAS CAMPANAS SN JUAN BAUTISTA, STA MARÍA GRIMANESA Y / STA MARÍA DEL CARMEN
 

De poco nos serviría este estudio si no avanzamos algo nuevo , aunque para algunos sea algo doloroso y desluzca parte de la placa original tan cautelosamente guardada en seña de la historia
Y es que el reloj es un encargo a la casa londinense .
 
Gillett & Johnston.(Londres)
William Gillett fue el fundador de la empresa. Estableció su negocio en 1844.Charles Brand  se convirtió en socio alrededor de 1854 y llevó a su gran habilidad como vendedor de la empresa, a través de su influencia se introdujeron los relojes de torre y  públicos por primera vez en la empresa, esta  se dio a conocer como Gillett & Bland.




Del artículo se desprende que las obras quedaron terminadas en 1870 por lo que consideramos que la factura que presentamos  y tan gentilmente aportada en tiempos recientes por la empresa pueda coincidir con susodicho reloj.




Gillett & Johnston.y campanas Mear stainbank son sin dudar la perfecta pareja Londinense que se dejará oír en muchos campanarios europeos
Como dice la placa, corresponde al reloj y son complemento del mismo  las campanas Sn Juan Bautista*Sta. María Grimanesa* Sta. María del Carmen*

La campana Sn Juan Bautista es la encargada de las horas su peso es de 66 quintales, siendo las otras restantes de tamaño menor las destinadas a dar los cuartos y las medias

Las tres campanas tienen inscripciones conmemorativas; así en la mayor se cita: “San Juan Bautista me llamo, soy diez y seis quintales mayor que mi antecesora los Santos patronos, debo mi existencia a la munificencia del señor don Juan Larios y Herreros, quien legó a esta Santa iglesia Catedral el reloj a que pertenezco, y fue llevado a efecto dicho legado por el heredero de aquel señor, su hijo el Excmo. Sr D. Juan Larios y Enríquez, marques de Valle Umbroso.1968.


En la campana mediana la inscripción es la siguiente:
“María Grimanesa me llamo, vine a aumentar mi peso y soy hermana de la que con el nombre de San Juan Bautista da las horas del reloj a que pertenezco, y como ella , vine al mundo por cumplimiento de el Excmo. Sr D. Juan Larios y Enríquez de cuya esposa , la Excma. señora doña María Grimanesa de Zabala y Guzmán, llevo el nombre, dio legado de su señor padre don Juan  y Larios Herreros” 1868



La siguiente inscripción y que corresponde a la campana pequeña reza:
:
“Yo María del Carmen hermana de las Sn Juan Bautista u Sta. María Grimanesa, no he tenido quien en mi puesto me preceda y viniendo al mundo por razón igual que mis dos hermanas, tome el nombre de la esposa del donante doña María del Carmen Enríquez García y de la primera hija de los señores marqueses de Valle Umbroso 1868”

Añadir leyenda


 Según nos cuentan fue la familia Roldán la que estuvo durante cuarenta años a crgo del mantenimiento del reloj, afirma en el artículo que estas campanas están compuestas en gran parte de platino , oro y plata de ahí su gran resonancia .

  Capítulos anteriores  tales como  “Los pasos hacia la precisión” y  “Escape de retroceso” no hago otra cosa que parar o frenar en el tiempo lo que pudo ser y no fue dado que como sabemos los avances tecnológicos en nuestra nación quedaron en ultimo plano durante los  S. XVIII, XIX, así lo marcan estos observadores de las torres 

La tecnología del reloj de “Losada” correspondía a otros ingenios a otro tiempo y para otra sociedad mucho más mercantilista. Eran relojes de precisión, relojes con centros de piedra que evitarían los roces.

Las averías que señalan los relojeros  Pascual y Cerrillo, encargados de la peritación del reloj , son el desgaste  en la rueda de escape y  en las dos bocas del ancora, sobre todo la fabricada en piedra de ágata que había sufrido un desgate de tres centímetro y que según ellos era de difícil reposición.
Justamente es el señor Roldan (cuidador del reloj)    quien sostiene que no es posible tal diagnóstico y que sería una pena la sustitución de estas piezas, que se encuentran en perfecto estado dadas la aleación extraordinaria de los metales.

Desde luego que comparando los relatos, algunos especialistas sabemos más o menos porque se producen desgastes en los relojes de campanas, así evitándolos podemos dar garantías  de restauraciones eficaces y eficientes porque desde luego también pueden corregirse. No nos relatan cómo, ni quien reparo el reloj, pero de esta siguió funcionando vente años más; financiando el arreglo el propio Ayuntamiento  de  Córdoba  tal y como ha ocurrido con muchos de los relojes de catedrales (entre público y privado)

En 1963 el reloj se desligo de las campanas y en vez de reparar las uñas que los unen se decidió el cambio de reloj.
Desde entonces esta expuesto en la catedral en modo “stand by”