Aunque el término es bien
conocido por nuestros protagonistas los relojeros, se me antoja muy indicado
para señalar algunas cuestiones por las cuales la historia de la ciencia y la
tecnología en España fueron claves fundamentales para que se perdiera por
completo aquellos conocimientos en materia de
relojería que se habían
transmitido y recogido en manuscritos
durante siglos.
Por supuesto que no se
debieron a la falta de ingenio y capacidad de los artífices sino a visiones muy
distintas de encarar los procesos, perdiendo así la oportunidad de crecimiento en unas técnicas tan
demandadas.
Por una parte tenemos la
importancia económica de la carrera de Indias donde la explotación minera del
nuevo mundo , hacía que la demanda científica y tecnológica impulsada por la
Monarquía Hispánica, fuera de altísimo nivel en el ámbito naval y metalúrgico
siendo por tanto prioritario cualquier programa científico que se diseñara para
abarcar las necesidades del enorme
imperio ultramarino. Habíamos comentado en entradas anteriores una de
las más punteras manifestaciones
científicas que tuvo lugar cuando Felipe II convocó un concurso abierto a cualquiera que determinara la
longitud geográfica en el mar. El propio Galileo Galilei optó al premio en
1616, metodo a todas luces inviable
en un barco en movimiento.
La magnitud de tan
ambiciosa pugna quedo evidenciada con el
hecho de que tal cosa no fuese posible hasta que la propia evolución de los
relojes en el siglo XVIII, momento en que la supremacía naval estaba pasando a Inglaterra donde desde 1731 se disponía de relojes como el de
John Harrison, que sin péndulo ni pesas, sino con resortes, se alojaban en una
caja con suspensión cardán. Mientras la tecnología relojera Española había
quedado atrasada a pesar de la Real Fábrica
de Relojes y la Real Escuela de Relojería, se tuvo que recurrir a
relojeros franceses como John Ellicott
Algunas pruebas latentes de
la calamitosa decadencia y falta de interés por potenciar la tecnología en
España fueron las notables creaciones de
José Rodríguez Losada, ya a mediados del siglo XIX (Cronometro marino de
1850-1860)
No es de extrañar que España
en su retroceso , pretendiese avanzar ,
eso sí , pero sin una verdadera tecnología ( entendida como la
integración de conocimientos sistemáticos, recursos humanos y materiales habilidades y capacitación) ,
procedimientos técnicos que pudieran ser aplicados para la transformación de procesos
productivos, en definitiva la
transformación de una metodología consciente que superase el nivel de lo
artesanal .
Los intentos por no perder el tren de la
transferencia de conocimientos fue prácticamente inútil , aunque debemos
señalar que alguna pretensión hubo por
parte de la Academia de Ciencias y de las Artes de Barcelona , donde un
destacado relojero Albert Billeter, diseño y construyo los relojes Astronómicos
mas visitados de España; fueron encargos
del Senado, pero como siempre no tuvo el
seguimiento y los apoyos suficientes
para dar continuidad a sus labores de investigación y docencia
Si sabemos que volvieron a
encargarle el estudio y diseño de un segundo reloj Astronómico en 1859 , este
de mayores dimensiones y más complicaciones , pero el senado se desentendió del
trabajo posteriormente, quizás por el tiempo de dedicación, que tardo diez años
en construir o porque los tiempos políticos venían como siempre revueltos
En definitiva y como siempre ha venido siendo; un interminable bucle atrapaba la historia de la ciencia y la tecnología en España y es que al tiempo hay que darle tiempo y con el bien calculado se generan engranajes que hacen de la ciencia una cultura
En definitiva y como siempre ha venido siendo; un interminable bucle atrapaba la historia de la ciencia y la tecnología en España y es que al tiempo hay que darle tiempo y con el bien calculado se generan engranajes que hacen de la ciencia una cultura
Así que una vez
que Billeter termino su obra , en 1877, el
reloj fue expuesto en la "Universidad de Barcelona", donde sería
admirado por el rey Alfonso XII, en el marco de la exposición titulada
"Manifestación de la Industria Catalana".
Parece ser
que llamar ciencia, que técnica y que tecnología es un delicado asunto del que
se ocupan, Los Estudios de Ciencia Tecnología y Sociedad, mientras que las actividades científicas y técnicas
son tan antiguas como el ser humano el establecimiento de estas actividades
ha de esperar a la Edad Contemporánea
momento que para el caso de España llego trágicamente atrasado en
comparación con lo que estaba ocurriendo en el resto de Europa con la
revolución industria. No solo fallo la tan
apoyada relojería , muy pocos
científicos españoles fueron protagonistas
de los cambios de paradigma que caracterizaron la sucesivas evoluciones científicas e industriales, por eso parte de
los estudios de la Historia de la Ciencia y la Tecnología en España consisten
en rastrear la llegada o recepción en nuestro país , sucede lo mismo con la
transferencia de tecnologías , caso que nos ha venido ocupando durante las
anteriores entradas , hasta tal punto esto es así que ciencia y tecnología han
sido en España una realidad marginal tanto en su organización y contexto social
que se ha llegado a convertir en una especie de estereotipo nacional.
Al tiempo
esta “ancora” debe avanzar y buscar su
momento exacto, pero mientas esto ocurre, no debemos olvidarnos que estamos en el siglo XXI y aún nos
quedan algunas horas que contar
No hay comentarios:
Publicar un comentario