viernes, 10 de mayo de 2013

El ritmo del tiempo en la edad media




  La aparición de una burguesía urbana, que basa su economía en el comercio, necesitaba controlar el tiempo de una forma más rigurosa.
  Para los reyes príncipes, caballeros, mercaderes y sobre todo para el prestamista, la medida del tiempo formaba parte de su trabajo, como una mercancía más. Las autoridades eclesiásticas les reprochan que intentaran controlar el tiempo, que pertenecía de Dios.
Comienza así, como nos dice Le Goff, una guerra no declarada entre la Iglesia y la burguesía que, con la ayuda de los progresos tecnológicos y la aparición del reloj en las ciudades, modifica el ritmo del tiempo. “El tiempo se hace laico, tiempo de los relojes de las torres o atalayas, que se consolida frente al tiempo clerical de las campanas de las iglesias”


 
Después de esta serie de desarrollos e inventos, los relojes mecánicos se despliegan gradualmente en todas las ciudades de Europa. Esquemáticamente:
  • 1350 - 1360: la difusión del norte de Italia a las principales ciudades principescas europeas.
  • 1360 - 1370: la distribución en las principales ciudades del Imperio alemán, los Países Bajos y Francia.
  • 1371 - 1380: una mayor difusión a las ciudades medianas
  • Finales del S.IVX, se extendió a las fronteras de Europa (1395 a San Santiago de Compostela, 1404 en Moscú).
  • 1450: Después de una desaceleración en la expansión entre 1410 y 1450, se hace de forma sistemática impulsada por los distintos gobiernos establecidos.
En el siglo XIII, el rey castellano Alfonso X el Sabio en su obra “ Libros  de los relogios” incluida en los “Libros del Saber de Astronomía” describe cinco tipos de relojes: el reloj de la piedra, que no era más que uno de sol; el reloj de agua o clepsidra; el reloj de candela, una simple vela de cera con una larga mecha que duraba toda una noche; el reloj de mercurio o relogio del argent vivo, en esencia una clepsidra con mercurio, plata viva, como se denominaba entonces; y por último el reloj de palacio de las horas, un sistema muy ingenioso de medida del tiempo, que seguramente nunca llegó a construirse y que consistía en un enorme reloj de sol del tamaño de un edificio circular con doce aberturas o ventanas por donde entraría sucesivamente la luz que incidiría reflejada en el suelo.
En España, en un inventario de la catedral de Toledo realizado en la segunda mitad del siglo XIII aparece citado un "orologio desbaratado”



Todos ellos eran artefactos poco fiables a la hora calcular con precisión el tiempo en las ciudades, que no obstante seguía marcado allí por unas campanas que no sonaban para indicar los momentos de rezo, sino los tiempos de trabajo. Comenzaban su repicar al comienzo de la jornada y volvían a sonar a la hora de la comida y después del tiempo de descanso, para volver a tocar cuando el trabajo terminaba.
Esta campana de trabajo en las ciudades supuso un avance, pero los comerciantes y artesanos necesitaban una forma de medirlo con mayor exactitud.
Durante la baja edad media se denominaba horologium a cualquier artefacto capaz de medir el tiempo, pero ello no fue posible  hasta eldesarrollo del mecanismo de escape




Este dio  paso a los primeros relojes mecánicos. Éste sistema se basaba en el bloqueo y liberación de la rueda del reloj que dirige el movimiento y que produce su peculiar sonido, el tic-tac.






Estos primeros relojes proporcionaban al trabajo un sentido matemático y un marco temporal. En amplias zonas de Europa se estableció la hora de 60 minutos que equivalía a la vigésimo cuarta parte de una jornada. Sin embargo aún no tenían la precisión exacta requerida, ya que la temperatura afectaba a la expansión y contracción de sus piezas metálicas y hacía que sufrieran variaciones de 15 a 30 minutos al día, por lo que era necesario regularlos diariamente
 Por otra parte no  en todos los lugares de Europa establecieron a la vez la hora de 60 minutos
  Entre tanto  los relojes de seis horas  italianos  comenzaban su computo a las seis de la mañana  saliese el sol o no. Hasta 1880 no se adoptó en toda Italia, ya unificada la hora europea .Lo que parece evidente es que con estos relojes se menospreciaban las horas nocturnas.  Así conocemos el reloj “contrahorario” hebreo, de la sinagoga del barrio Josefov Praga o  el reloj contrahorario de doble giro



El primer reloj que existe en el mundo de este tipo : el que realizo el matemático e ingeniero Pietro Fanganzo en 1583 para el Palazzo della Ragione de Clusone (Bérgamo Italia) .
El Circulo fijo del muro tiene dos series de XII horas en sentido decreciente.
Por otra parte, las esferas interiores son giratorias, son similares a los demás relojes italianos de torre de este género.
Como está orientada hacia el sudoeste, se quiere pensar que el autor trato de simular la situación del sol en el cielo .
Realmente la numeración comienza a las VI ( hora italiana ), que con las otras VI ocupan la línea del horizonte; pero el índice (un sol ) hace el giro en sentido contrario; es decir de izquierda a derecha, en el semicírculo inferior, de derecha a izquierda, en el superior, al contrario que en todos los relojes.



En un reloj holandés de pasillo (caja alta), firmado “Anthonnius Hovenaer fcitLeyde” del Museo de Zaans, con cuatro esferas, hay un segundero central que cuenta los segundos en sentido inverso Conociendo tantos datos vamos conformando un calendario  eso sí, de momento es
imposible adjudicar a un reino o país el invento o instalación del primer reloj público. Los primeros relojes comunales debían ser mecanismos muy simples que carecían de esfera y seguían informando de la hora a través de las campanas.
Sabemos que durante los siglos XIV y XV aparecen relojes mecánicos en muchas ciudades de Alemania, Francia e Inglaterra. En Italia, fue Milán la primera  en instalar uno en la torre del campanario de San Eustorgio en 1309.
 Años después, la torre del palacio de la Cité de París luce el primer reloj público de la ciudad gracias a la iniciativa del rey Carlos V de Francia. Este reloj aún se conserva, al igual que el de Praga, uno de los más famosos de Europa. Se trata de un  reloj astronómico , denominado familiarmente “Orloj” por los checos, que fue realizado alrededor de 1486 por Nicholas de Kadan y Jan Sindel. Consta de un reloj que marca la hora e informa de la posición del sol y la luna en el cielo; un calendario circular con la representación de los meses de año y un sofisticado mecanismo que permite, desde el siglo XVII, la aparición de las figuras de los doce apóstoles cada mediodía.


 Cuando aparecieron  los primeros relojes de torre. Marcadores del tiempo civil y unificador de  horario comunitario  los primeros lugares donde fueron instalados fueron en catedrales de Inglaterra y Francia. Posteriormente vinieron los de los edificios públicos e iglesias.
El Astrario de Giovanni Dondi, de la segunda mitad del siglo XIV, es una de las obras maestras de la relojería italiana. Precursor de los relojes mecánicos, perteneció a Carlos I, desapareció en España en el siglo XVI,
En el siglo XV obtienen cada vez mayor propagación los distintos tipos de relojes mecánicos y en su estructura se introduce un perfeccionamiento importante, a saber el resorte de reloj. Aparecen relojes de resorte de mesa de dimensiones relativamente pequeñas, cuya masa no superaba varios kilos

.

En los primeros relojes existía solamente la aguja (la manecilla) de la hora. Existen innumerables documentos donde esta aguja señalaba la hora en un cuadrante solar. 

Entendemos que estas breves síntesis y apuntes históricos no són regla , y a medida que se estudian y van saliendo información las cosas  van siendo diferentes en cada lugar, por esto hay mecanismos asociados a campanas y sin esferas hasta el siglo XVI  mecanismos de dos ajugas que en cambio carecen de esferas,  mecanismos con diales , enmarcados en las mismas épocas y diferentes lugares, añadir que las investigaciones nos han dejado claro que muchos relojes han sido manipulados posteriormente  añadiendo elementos, tales como ruedas minuteros , ejes hacia las esferas ,etc. por esto cada reloj merece su propio estudio y proyecto  divulgativo todo caso de encarar una restauración de calidad
Hemos de entender que esto es una aproximación al curso de las cosas pero conoceremos que  muchos de los relojes cumpliendo su misma misión, no contemplan las mismas características
Los relojes desde este punto de vista son máquinas que marcan el transcurrir del tiempo. Acotar el terreno nunca es fácil, establecer límites en el tiempo, decir cuál es el comienzo y el final, seria arriesgado y presuntuoso. Nadie ha conseguido establecer los orígenes del reloj mecánico o la fecha exacta de su invención, o su inventor lógicamente pues la suma es lo que cuenta  por ende siempre hablamos de evolución y esto es y será así mientras no encontremos una firma de autor adherido a un documento fiable, a veces ocurre que apoyándose en unas bases sean varios quienes lleguen a idénticas conclusiones. Así pues siempre  estamos utilizando referentes conocidos
En la antigüedad se desarrollaron maravillas técnicas, todavía muy desconocidas, que pudieron haber sido utilizadas en la medición del tiempo.  Así con todo no podemos obviar algunas informaciones de estudiosos precedentes  a atribuir el ” primer reloj mecánico”  de cual nos dicen  fue construido en el siglo XII en la abadía inglesa de Dunstable, en Bedfordshire



 En algunos  relojes medievales el rodamiento de un reloj de sonería se componía de siete ruedas: dos ruedas móviles transmitían la fuerza motriz y el movimiento a los órganos siguientes, una pequeña rueda daba el movimiento a un elemento móvil del sistema de fijación (la esfera) y cuatro ruedas accionaban el sistema de sonería. Por lo tanto si el reloj no tenía sonería, se componía de tan sólo tres ruedas, y sus correspondientes piñones.
El principio medieval del rodamiento a tres ruedas se modificó con el transcurso del tiempo, y se fueron añadiendo ruedas, sobre todo en el caso de relojes muy perfeccionados, provistos de dispositivos de medidas del tiempo diferentes, astronómicos por ejemplo, o en el caso de los relojes con autómatas, en que  había mecanismos auxiliares  encargados del movimiento de estos, también relacionado con el rodamiento principal del reloj como ocurre con el de sonería, que debía activarse al ser la hora.
  En definitiva , la sucesión de hechos narrados , no solo contribuyen  a las características técnicas  de los artilugios, sino también obedecen criterios de racionalización del tiempo marcados por reyes príncipes y de más caballeros de orden , que en su pretendido afán por controlar  el tiempo civil , ejercían gran presión sobre los artífices relojeros , para ganar  así la pretendida puntualidad sobre la sociedad , a la par que la reconocida competencia por realizar las mas bellas obras artísticas y técnicas  que coronarían las torres de Europa .
 La presión del tiempo en la vida cotidiana es cada vez más importante. mientras que la información temporal vaga suficiente para resolver la vida social, en la edad media, nos encontramos inmersos en una serie de tiempo específico. En general, cuando una precisión de alrededor de una hora no fue suficiente, nos pusimos  avanzar  en conseguir el minuto más aproximado
 En esta evolución de la presión del tiempo, los pasos más notables en la transformación vinieron  a finales 1656, donde  aparición de una nueva tecnología de control (escape) inventado por Huygens  pasaría a otorgarnos una precisión de alrededor de un cuarto de hora al día  más o menos

martes, 7 de mayo de 2013

“Instantes de dios”



 Relojes en la edad media 

La expresión surgió en el renacimiento, en el que se consideró la edad media como una larga noche de mil años que había enterrado a Europa entre la antigüedad y el renacimiento, en esta época fue cuando comenzó a configurarse el sistema escolar. Ya a principios de la época surgieron las primeras escuelas en los conventos, se construyeron grandes catedrales, se  propagaron los oficios  de la artesanía y la  construcción; fue desarrollando diferentes naciones con ciudades, castillos, música y poesía popular.


Durante toda la edad media los monjes  fueron los más importantes en ciencias, tales como matemáticas, química, astronomía o medicina. 
Es en este contexto de invenciones y perfeccionamiento  es donde  se dan las mejores circunstancias para la evolución de los relojes mecánicos, aunque no están claramente definidos por que no existen documentos de la época que  permitieran datar o especificar estrictamente las etapas de esta evolución.  Así  medievalistas investigadores no se pusieron de acuerdo para determinar con exactitud. sin embargo, podemos decir que ahora hay un consenso de que los primeros relojes mecánicos totalmente datan de 1270- 1320, existiendo modelos suficientes y diversos que pueden acercarnos a algunos datos sobre que o cual construcción, fue anterior o posterior a las fechas declaradas
Los relojes  hechos por  piezas mecánicas móviles se construyeron en el siglo XIII, se ubicaron en catedrales iglesias y monasterios, en principio su misión era tocar “Horas Canónigas”
 



 La Iglesia fue la gran medidora del tiempo en la Europa  cristiana medieval. La unidad temporal de un día, 24 horas, que desde antiguo se dividía en dos períodos de 12 horas, se fraccionó en época medieval en siete horas canónicas. Estos siete momentos dedicados a la oración se llamaron los “instantes de Dios”. Fueron formalizados por San Benito de Nursia en su “Regula monasteriorum (Regla de los monasterios) y difundidos por la Europa cristiana a través de los escritos de San Isidoro de Sevilla, (De Eccles Officiis, libro I, cap. 19). Acabaron teniendo rango de ley en la vida cotidiana de los monasterios y afectaban a los campesinos que se reunían  en un entorno, avisados a través del sonido de las campanas de los centros religiosos.


Las horas canónicas y San Benito de Nursia
Considerado el fundador de la vida monástica en el Occidente medieval, San Benito se basó en el salmo V del Antiguo Testamento -“Siete veces al día te alabaré”- para dividir el día en siete partes, a las que se añadió después una octava, antes de acostarse cuando se daba gracias a Dios


Esta división horaria tomó sus nombres de las horas de la antigua Roma, donde el día no comenzaba en la medianoche, como hacemos ahora, sino a partir del amanecer. Esta partición del tiempo regulaba el sistema de rezos de los monjes e iba acompañado de distintos toques de campana. Seguía el esquema siguiente:

  • Maitines: Estas oraciones se realizaban a partir de la medianoche.
  • Laudes: Se rezaban al amanecer, habitualmente sobre las 3 o las 4 de la madrugada. Recibían este nombre debido a que en los salmos que habían de entonar los monjes se repetía el imperativo latino láudate, alabad.
  • Prima: Marcaba la primera hora después de salir el sol, aproximadamente las 6 o las 7 de la mañana. Está marcado por un solo toque de campana, que indicaba también al campesino que comenzaba su jornada.
  • Tercia: Llamada así pues comenzaba a la tercera hora después de salir el sol, alrededor de las 9 de la mañana, cuando la campana daba dos toques.
  • Sexta: Esta marcada por tres toques de campana e indicaba la hora del rezo a mediodía, en torno a las 12 de la mañana. Después de las oraciones se servía la comida en los meses de verano
  •  
  • Nona: Era el rezo de las 15 horas. Es la hora en que murió Jesucristo y cuando, según el pensamiento cristiano, con su sacrificio, acabaron los sufrimientos del hombre. Se señalaba esta hora con el toque de dos campanadas. Según la Regla de San Benito a esta hora se servirá la comida “desde los idus de septiembre hasta el comienzo de la cuaresma”. 
En el siglo X la ley carolingia extiende la obligación del rezo a todas las iglesias y hacia 1230 con  la extensión, aumento y movilidad de los franciscanos se edita  un nuevo  Breviario   que posteriormente  se reformo en el Concilio de Trento, pero será hasta 1568 cuando se edite al fin el “libro  de las horas” unificado



Horas Mayores: Laudes –Oficio de lectura-Vísperas
Horas menores: hora intermedia- Tercia – Sexta- Nona


Un Breviario (el término proviene de latin «breviarium», sumario o «breviarius», compendio) es un libro de la liturgia  religiosa que recoge el conjunto abreviado de las obligaciones públicas religiosas del clero a lo largo del año (más allá de la Misa) y que usualmente se contenía en un conjunto de obras mayores que constituían los denominados Libros de Horas

 

Así que los primeros relojes medievales, aparte de carecer de esferas eran artilugios de ruedas  dentadas, carecían de esfera y ajugas , estaban diseñados por ordenanza superior, para medir y hacer sonar las” horas canónigas”
Las horas canónicas fueron utilizadas durante la Edad Media. Se trata de un cambio en la hora del mundo romano, que eran, a base de una división en luz a doce días y también en doce de la noche. Este desarrollo llevó a utilizar para marcar la época de día sólo unas horas de oraciones y servicios religiosos, esta fue la sincronización primigenia
 La clave de toques de campana para cada una de esas horas la descubrió el investigador Antonio Simoni en el año 1933

  Por tanto cuando hablamos  de restauración de un reloj monumental desde la perspectiva del relojero restaurador actual , solo miramos el éxito  de su funcionalidad puntual ,la falta de unidad de criterios y estudios profundos hacen que se cambien o añadan engranajes  que no eran necesarios , pues el tiempo estaba medido, señalado, no era pues un error de cálculo matemático ,no fue el cálculo del tiempo que rigió la vida antes del siglo V, por tanto encarar una restauración de un reloj de esta época requiere cuanto menos una mirada a la historia, así no debemos banalizar o bandalizar la pieza, sino que deberíamos recurrir a un estudio previo de toque en la propia estructura del reloj, es muy probable que nos encontremos así ante un relox diseñado por autor  acorde a los mandatos de los libros de las horas, probablemente  ignoramos , para que momento de la historia se realizó  qué horas tenía que tocar ,porque  y quien  hizo el encargo, en capítulos posteriores pondremos ejemplos de algunos  de estos  relojes y describiremos alguna de las campanas de las horas en las catedrales de España
 La restauración y puesta en valor de   un reloj histórico, lleva intrínseca otra mirada y como todo, lleva un estudio metodológico, donde la documentación histórica es parte esencial