miércoles, 22 de mayo de 2013

Entre el Clímax y el Cenit



Durante el siglo S.XVIII siguieron  colocándose relojes, nunca tanto progreso en tan breve espacio de tiempo, distintas formas de sonar la hora, distintos modelos; verticales, horizontales y triangulares, hacían y conformaban la diferencia, otras formas de distribución de los engranajes podían hacer las delicias de todos, además en muchos casos se le añadieron autómatas  a los cuales les dedicaremos algún capitulo
En definitiva, la sociedad del momento requería su reloj, por tanto se produjo una gran expansión en las todas las ciudades  importantes de Europa 


Todos querían tener en lo más alto de la torre un reloj pues dicha pieza empezada a ser referente de prosperidad
Podemos imaginarnos  la rivalidad, puesto que esta señal de prestigio lo era en la medida que el artilugio era más preciso  más vistoso y también  como no de mayores proporciones, todo era importante, la categoría del lugar también dependía de la vistosidad y sonoridad del reloj, 
Durante esta etapa  se consolidaron disciplinas y sistemas de aprendizaje,  a medida que los gremios se hacían más fuertes, también entre si competían por el diseño de la maquinaria, cada paso suponía un grado en el arte y la maestría de estos afamados relojeros
Por otra parte  el traspaso de conocimientos de padres a hijos, logro que se consolidaran pequeños talleres artesanales, que como sabemos  convivían con la también industria artesanal de fundición de campanas
A la belleza de la maquina excelsa y el sonido turbador, no podía faltar la fascinación visual, para tal apreciación de este sentido se construyeron esferas
La variedad de las esferas quedaba a disposición del encargado de realizar el capricho ornamental del momento, pero sobre todo del paso de los artistas en la talla de piedra, vidrieros, esmaltadores  ebanistas, en fin todo un elenco de acreditados profesionales artísticos 

La  innovación siempre venia marcada por los artífices relojeros, así entramos en el S.XIX  donde se generalizo la aguja de los minutos.
 Fueron estos años de adaptación del tiempo sin duda alguna, tiempo que debía delimitarse.
 Por un lado coincidente con la revolución industrial, es el aumento de la presión del tiempo y los relojes de precisión, suficientes factores como para que el tiempo se haya convertido en algo más abstracto, nada que ver con  el movimiento de rotación terrestre  alrededor del sol, cómo hemos señalado anteriormente, el tiempo diurno se divide en 12 partes iguales entre el amanecer y la puesta del sol y en 12 partes iguales entre el anochecer y el amanecer. Dependiendo de la temporada, la "hora" del día y de la noche por lo que no tienen la misma duración. Este es el sistema conocido como hora temporales u horas diferentes
Por otro, las ciudades comenzaron a abandonar el sistema de enlace y adoptar un "tiempo solar medio" exactamente 24 horas al día. En 1839,  en Francia  se hace la recomendación  de utilizar el promedio de tiempo "para establecer la regularidad en los horarios de salida y de llegada de correo en el servicio postal." Así que aquí podemos sumar  un nivel adicional de abstracción del tiempo por la falta de correlación entre el tiempo de reloj mecánico  y el tiempo  del reloj solar, los dos están ahora conectados por las tablas de conversión

Pero poco a poco, la indicación de tiempo se libera de su relación con el sol. El primer paso en esta evolución fue utilizar tiempos iguales, es decir, la misma duración entre el día y la noche y en cualquier época del año. Esta evolución fue de alguna manera impuesta por el uso de relojes,.
 Pero cuando ya habíamos conseguido hacer  los relojes más precisos, otro fenómeno entra en juego: el tiempo transcurrido entre dos del mediodía solar sucesivos no es exactamente 24 horas, pero puede variar hasta un + / - 15 minutos dependiendo de la temporada. Esto es debido al hecho de que la tierra realiza una trayectoria elíptica alrededor del sol.
El siguiente paso fue alinear los relojes en diferentes lugares al mismo tiempo. Es el desarrollo de las redes ferroviarias que impusieron este cambio; y desde luego en España no existen pocas coplas y refranes que acompañen los distintos relojes de la población pues no se conseguía regularlos
. Anteriormente, el tiempo estaba en un lugar determinado por el ajuste del reloj mecánico  en el reloj de sol , pero el desajuste seguía produciéndose porque  como sabemos  el tiempo  no es lo mismo dependiendo en que parte del meridiano se encuentre Esto no presenta ningún inconveniente práctico. Pero en los años 1830-1850 con el desarrollo del tren, las empresas ferroviarias impondrán horas de salida y llegada en las que se expresaron en términos del tiempo local de la sede de la empresa ferroviaria. Por ejemplo, si un tren salió a las 8:17, la estación de tiempo, esto podría corresponder a la hora local 08:03. Algunos relojes fueron equipados con dos diales, una para el tiempo de la estación, uno para la hora local. 


En 1891, para poner fin a la proliferación de las horas de referencia, hora de París se convierte en la norma nacional para reemplazar las horas de las empresas ferroviarias. El tiempo oficial fue por lo tanto una vez más desplazado de la hora solar.
Esta unificación fue seguida por la unificación de los tiempos a nivel internacional. Francia esperaba el 1911 para adaptar su horario oficial, llamado el horario estándar, en el meridiano de Greenwich. 09 de marzo 1911, el tiempo legal en Francia se convirtió oficialmente en desplazamiento en Paris 9 minutos y 21 segundos el tiempo medio.
  Aquí acaba mi viaje documental, el resto es modernidad, el interés que me suscita es el reconocimiento y puesta en valor de la relojería mecánica monumental, aunque la odisea de  la medición del tiempo continuará, no es mi intención seguirla pues es infinita o al menos eso me parece.

Concluir en el cenit de estos grandes olvidados coincidirá con mi fecha de nacimiento. “Un buen momento” , por cierto  el concepto “momento” también puede usarse para nombrar un lapso temporal más o menos largo, pero capaz de singularizar o simbolizar una circunstancia