lunes, 10 de junio de 2013

Otros relojeros




Los datos históricos de esta introducción se deben, en buena parte, a la labor de investigación realizada por Paulina Junquera de Vega, Luis Montañés Fontela, junto con otros autores, y al archivo personal del propio autor.
Es copia literal de un estudio de investigación editado por el -Centro Virtual Cervantes- y que nos acerca un poco más a la relevancia que tuvo la relojería en España, por tanto forma parte de la historia y de nuestra cultura  es además la antesala de futuras exposiciones en cuanto al tema a tratar, pues siempre hemos de aprender del pasado para proyectar un futuro.





Otros relojeros
Otros relojeros de este reinado fueron: el alemán George Hartmann; Lonis de Foix, ingeniero francés que construyó el faro de Cordouan e hizo un modelo para el ingenio de Toledo, fabricó relojes para la Emperatriz Isabel y el Príncipe Carlos; Gualterio Arsernio.
Hans de Evalo es el autor del reloj-candil de las habitaciones de Felipe II, en el Monasterio de El Escorial, único ejemplar de esta época que se conserva en la colección Real. De origen flamenco, comenzó su servicio palatino en 1558 y fue nombrado Relojero del Rey en 1580, desempeñando este cargo hasta su muerte, en 1598. Casó con Isabel Coles, quien después volvió a contraer matrimonio con Jennin Cocquart, su discípulo y sucesor en el servicio, así como maestro de su hijo Lorenzo de Evalo. Aparte de esta obra, construyó varios relojes más, todos de gran mérito.
Jennin Cocquart, oficial de Evalo, hizo otro reloj-candil idéntico al de su maestro. Por Cédulas Reales de 1565 y 1578 se tienen referencias del Maestro Pelegrín y de Andrés Sánchez.
Es Felipe III quien primero se lanza en la «carrera tecnológica», ofreciendo un cuantioso premio de 6.000 ducados de renta perpetua, 2.000 más de renta vitalicia y otros 1.000 de ayuda de costa para quien fuese capaz de fabricar el reloj que sirviera para determinar la longitud en la mar, vital para una nación oceánica como la nuestra.
En 1604 nombra «conservador» de los relojes de las Casas Reales, con aposento en la Corte, a Claudio Gribelín. Son pocos los relojeros de este período: Jennin Cocquart, a quien sucede Gaspar Enríquez, Antonio Matheo y finalmente Lorenzo de Evalo. Estos tenían una renta de 200 ducados, casa, derecho a una ración diaria de la Real cocina y se les pagaban, aparte, las reparaciones.
En el reinado de Felipe 1V el primer nombramiento de relojero de Cámara lo realiza el Conde-Duque de Olivares, el 6 de marzo de 1631, para Guillermo Reynaldo, de Ruán, y el Duque de Gandía, Mayordomo Mayor de la Reina Isabel de Borbón, lo hace a favor de Juan Duque.
Hans Fent fue Relojero de la Casa de la Reina Margarita de Austria en 1646. Antonio Matheo y su hermano José lo fueron de los Reyes Felipe IV y Mariana de Austria (gran coleccionista esta última, que no se separaba de sus queridos relojes ni en los lienzos de los retratos oficiales). Juan Mañani y Francisco Filippini, autor de un curioso reloj de treinta horas, estuvieron al servicio de la Reina. El presbítero aragonés Baltasar Cavero, que Felipe IV llevó a su servicio a Nápoles y Roma, fue autor del reloj de la «pirámide» de San Ildefonso.
Carlos II, por Cédula Real dada en Madrid el 20 de diciembre de 1663, nombra a Domingo Fernández cerrajero y relojero del Alcázar de Segovia y de las Casas Reales de Campo próximas. Termina la relación de relojeros de la Casa de Austria con: Claudio Reinaldo (1686), Isidro Ballesteros (1684-1691), José de Santingo Vázquez (1696) y Tomás Fúsares (1696).

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