viernes, 4 de octubre de 2013

Tiempo de la sociedad de la información “sociedad en red”

Acabada la visión histórica del proceso de la medición del tiempo, sus artefactos y sus artífices, pequeños retazos, que sirven para aportar luz a esta nueva mirada, me gustaría invitarles a salir de la abtracción que produce el trabajo en soledad para incorporarse al mundo de las relaciones públicas.

 Tiempo de la sociedad de la información “sociedad en red”.

 Ni que decir tiene la relevancia que para los autores de contenidos, está teniendo la red de redes, sobre manera cuando sigues un proceso del cual uno se siente actor y tiene pleno conocimiento.

 Hoy podemos afirmar por diversas fuentes (estudios de mercado. estadísticas soportes etc.) que la profesión de relojeros en España ocupa un espacio tan reducido que podríamos calificarla de extinguida; a los motivos que anteriormente hemos ido narrando podríamos sumarle muchos otros , y desde luego la historia de nuestra siempre, puntual cronometría y su estado , nunca se desvincula de lo que fue, es y será ; el interés por el análisis del tiempo .


 En este sentido no estamos solos, pues por fortuna hoy contamos con verdaderos estudiosos, cuyos enfoques nada tiene que ver con el tiempo como motivo ornamental o simbólico, como son los relojes de torre u otros posteriores que marcararían el devenir de los días. Aunque reconociendo la trascendencia que representa un tiempo social marcado por esta variable, sus diversos enfoques se nos muestran representados por infinitud de ellas. Desde la variable temporal es decir, el índice o el contador que nunca se detiene, hay quien sostiene que en la sociedad del conocimiento actual hay una clara aceleración del paso del tiempo, a pesar del estado del bienestar y sin echar la culpa al consumismo, hay una superación total, en general de la idea de “supervivencia”.

 En ese intento de saber, conocer, ser parte activa intentamos acceder a cuantas más cosas posibles, mejor, aseguren o no nuestra supervivencia. Este acceso sobre todo ligado a las nuevas tecnologías acelera los procesos respecto a nuestros ritmos biológicos, incrementando la sensación de que el tiempo pasa y no da para todo.


 Pues como ávidos herederos de un conocimiento ancestral se tratara, faltó tiempo para crear en España los primeros “foros" profesionales en red; relojeros, relojistico, relojistas  relojes y algunos otros , han venido marcando en unos años un espacio de dialogo, intercambio, conocimiento, aprendizaje y experiencia, aportando historia, bibliografías y todo aquellos que pudiera ser útil para tan alejado gremio ; pioneros en ese campo , no existe detalle que se les escapara, todos juntos hemos podido configurar un escenario único que no cesa , donde los razonamientos , las quejas y sugerencias siempre han ido dando pasos acertados , uniendo personas , estrechando lazos, han formado un ejército entusiasta , donde la acritud no ha tenido lugar ni para expresar verdades que nos afectan a todos.

 En definitiva y como estudiosa del fenómeno social ,del cual la prensa tan ocupada en señalarnos las últimas novedades políticas; se olvida del  ” periodismo de investigación” no puedo por más que añadir que el concepto ” Sociedad del Conocimiento" sería más que aplicable a este colectivo”


 El término ‘sociedad del conocimiento’ ocupa un lugar estelar en la discusión actual en las ciencias sociales así como en la política europea. Se trata de un concepto que aparentemente resume las transformaciones sociales que se están produciendo en la sociedad moderna y sirve para el análisis de estas transformaciones. Al mismo tiempo, ofrece una visión del futuro para guiar normativamente las acciones políticas.

 Al tiempo que lo lograremos

domingo, 29 de septiembre de 2013

Vision-Historica- Legislativa (Relojeros)




 Para terminar con esta  visión –historia –legislativa  del aprendizaje  del arte más preciso  y complicado,  diremos que   aquellos centros o escuelas que funcionaron  entre los años cincuenta  y hasta los setenta , lo hicieron en base a la legislación vigente,  ya mencionada  en el anterior capitulo . 

Posteriormente, cuando se llevan a cabo los estudios de Formación Profesional, (entre los años setenta y ochenta)  recordamos  la legislación donde se proponía,  habrían de dividirse  en dos grados (FP1-FP2).
La formación profesional  de primer grado, que  se formalizaba en dos años y la formación profesional de segundo grado,  que se formalizaba en tres años. Este plan de formación intento suplir de alguna manera  aquellas carencias culturales con las que terminada la educación básica, podrían encontrarse los jóvenes, por ello los dos primeros años eran generales. Pasadas estas pruebas  el alumnado  podía pasar a la especialización; este es el caso de la Relojería , que debería  concluirse con tres años de especialización.

Como vino siendo norma en España, las especializaciones no se encontraban a la vuelta de la esquina, así que muchos estudiantes no podían aspirar  ni  escoger la especialización soñada, la falta de becas y las distancias hacían prácticamente imposible realizar especializaciones, concretas.

 En España los estudios de relojería, únicamente podían hacerse en  Barcelona (Escuela de la Merced), así que  las titilaciones  debieron ser escasas y concentradas  probablemente  estos titulados salieron al mercado laboral avalados por las firmas  relojera , adaptándose en principio  a las tecnologías dominantes; el resto  que hoy forma parte del  elenco de Relojeros  Españoles, solo tuvo una opción,  emigrar a Suiza o seguir el conocido camino  que el  gremio siempre había  adoptado  (aprendizaje  por transmisión familiar)




 Por otro lado los alumnos que superaron las pruebas de esta  formación de segundo grado obtuvieron una titulación de ” Técnico Especialista en Micromecánica y Relojeros.







Cambios educativos en España ha habido  muchos, algunos bastante desacertados, la visión  nunca fue educar en excelencia  por lo que hemos venido viendo, y este ambicioso plan de estudios de la formación profesional debió  toparse más   con un problema más de  financiación  que de políticas.
Llegados  los  años noventa, la educación  secundaria obligatoria  y, los ciclos formativos,  de primer y segundo grado tampoco recogieron en sus manuales  este tipo de formación. Es algo que hoy en día sorprende, pues no existe pueblo  en España donde  no halla  el más variado tipo de ciclos formativos, por cierto algunos con escasas o nulas salidas profesionales.
Este conocimiento del estado de la cuestión y sin atender a mayores, ni sacar conclusiones   es avalado por muchos  profesionales que a su vez también se preguntaran si  es preciso o conveniente  formar  nuevos relojeros

De momento os dejo el  Corta&Pega  mejor definido y escrito.

Antoni Nogués i Andreu
Sres. de Contraste

He leído con suma atención los artículos aparecidos en los números 63 y 64 en los cuales se habla de la creación de futuros estudios de relojería en Barcelona. Desde mi punto de vista dicha información no se ajusta a la realidad, por lo que desearía matizarla.

Entre los años 70 hasta finales de los 90 se llevaron a cabo los estudios de Formación Profesional, divididos entre primer grado o FP1 que duraba dos años y segundo grado o FP2, estudios divididos en tres años. En primer grado los estudios eran generalistas para pasar a la especialización en algún oficio concreto en segundo grado. Los estudios de relojería, como estudios especializados que eran, se ubicaban en segundo grado. En España únicamente se podían realizar en la escuela Virgen de la Merced de Barcelona. No existían estudios similares ni en Madrid ni en ninguna otra ciudad. Los alumnos que en esa época conseguimos superar todas las asignaturas obtuvimos el título de Técnico Especialista en Micromecánica y Relojería.

Llegaron los 90. Década de cambios en el sistema educativo, también en la FP. Los expertos consideraron que los estudios de FP se centraban demasiado en oficios de “toda la vida” (tornero, soldador, relojero, carpintero, pintor, peluquero...). Según ellos el nuevo perfil de técnico profesional del siglo XXI tenía que ser mucho más generalista. Nada de aprender oficios, el nuevo concepto era -y continua siendo- el de un aprendizaje interdisciplinario, cambiante, que abarcase más campos, muy ambicioso en objetivos. Llegan los Ciclos Formativos.

Los sabios del Ministerio consideraron que los peluqueros tenían que abarcar mucho más y ser profesionales de la Asesoría de la Imagen Personal, los torneros también, ahora aprenderían a ser Productores en Mecanización, y así un largo etc. Muchas más asignaturas -y en solo dos años- para alcanzar más conocimientos interdisciplinarios.

Pero ¿qué pasaba con los relojeros? Nadie se acordó de nosotros, ni en el Ministerio, ubicado en Madrid, ni en la Generalitat Catalana ni en el Gremio Barcelonés. De hecho, en honor a la verdad, algunos pocos sí se acordaron, como el inspector d’Ensenyament Sr Vidal el cual, públicamente, en junio de 1994, afirmó que los estudios de relojería no tenían futuro por lo que desaparecerían. Los expertos se negaban a seguir contemplando en los nuevos planes formativos estudios destinados a preparar ciudadanos para desempeñar un solo oficio. Únicamente se salvaron de la criba las escuelas de artes y oficios artísticos -caso de la joyería- pero la relojería no era un oficio artístico. De hecho, era, y es, un muy digno oficio técnico.

¿Qué ocurrió con la escuela y con la titulación de relojería?

Tal como reza la dicha popular, entre todos la mataron y ella sola se murió. Desapareció de los nuevos planes. Nadie se acordó de ella.

Pero ocurre un acontecimiento imprevisto. En esos momentos habían tres profesores de relojería con la condición de funcionarios, que a la vez que buenos expertos y buenos docentes intentan mantener el barco a flote. Por su condición de funcionario no se les puede echar de patitas a la calle. Ellos son los que hacen saltar la señal de alarma. ¿Qué pasa con nosotros? Nervios, visitas a la Generalitat. Después de peregrinar por numerosos despachos alguien les comenta que la autoridad para legislar sobre los nuevos títulos depende exclusivamente de Madrid, que la Generalitat no puede hacer nada pero...

... la nueva ley, flexible, valora la adaptación de los estudios al entorno más inmediato, permitiendo modificar algunas -sólo algunas- de las asignaturas para arraigarlas a características singulares del alumnado. Y la Generalitat, que sí tiene competencias para modificar el contenido de las asignaturas que pueden ser cambiadas, se pone manos a la obra. Parten del título de grado medio de Técnico en Mecanización (para que nos entendamos: tornero + fresador + técnico en neumática y en hidráulica) De las 2000 horas de dichos estudios reorientan exactamente 905 horas, las cuales se destinan a aprender relojería. Las restantes 1095 horas no pueden ser modificadas, la legislación del Ministerio no permite más. A título informativo comentar que el Director de la Mercè, Sr Ramos, tornero de oficio, el cual fue entrevistado en el número anterior de esta publicación, suele impartir a los "relojeros" algunas de las 1095 horas restantes, concretamente la asignatura de Control Numérico, una especialidad de la mecánica industrial.

Fue el 16 de septiembre de 1999 que salió publicado en el DOGC la adaptación del ciclo de Técnico en Mecanización al de Reparador y Mantenedor de Aparatos de Medición y Control. Posiblemente algún lector se preguntará el porqué de dicho nombre, tan largo y rimbombante.

¿No sería más fácil escribir la palabra relojero?

No es posible, tal como he mencionado antes, la filosofía de los ciclos no permite focalizar los títulos como si de oficios se tratara. Hay que ser más genérico. El nuevo título es una expresión de dicho generalísimo, la denominación políticamente correcta del término relojero. Desde entonces, en el instituto de la Mercè, se llevan a cabo dichos estudios. El alumnado, cuando termina, recibe, por parte del Ministerio de Educación, el título oficial de Técnico en Mecanización y, el instituto, expide una certificación acreditativa según la cual dichos estudios han sido adaptados al perfil de Técnico Reparador y Mantenedor de Aparatos de Medición y Control. Es por esta razón que si alguien busca en internet, ya sea en la web del Departament d’Educació, en la del Ministerio de Educación y Ciencia o en el buscador google las palabras “Técnico Reparador y Mantenedor de Aparatos de Medición y Control” o bien desea información de estudios de relojero no encontrará nada, dichas titulaciones y dichos estudios, formalmente, no existen. La rimbombante denominación únicamente podrá ser leída en los certificados expedidos por la Mercè.

El gremio barcelonés, transformado en Colegio Profesional, por la razón que sea, está intentando dotar de más relevancia a los estudios de relojería. Según diversos rumores y también intentando leer entre lineas las manifestaciones expresadas en los anteriores artículos de Contraste, lo que finalmente conseguirá es adaptar alrededor del 50% de las horas del título de grado superior de Desarrollo de Proyectos Mecánicos (para que nos entendamos: delineante proyectista en mecánica industrial) a estudios de relojería. Estas horas, posiblemente, servirán para completar las asignaturas que, por falta de tiempo, no pueden darse en los estudios actuales, las cuales son convenientes para convertir un neófito en un relojero, ay ¡perdón! en un buen Técnico Reparador y Mantenedor de Aparatos de Medición y Control.

Desearía terminar este redactado pidiendo a las personas que tienen el poder de cambiar -o como mínimo de influir- se pusiesen manos a la obra e intentasen, de una vez por todas, dejar de parchear otros estudios para volver a enarbolar títulos oficiales en los cuales la palabra relojero se mostrase con la dignidad que merece y en los cuales todas las asignaturas impartidas correspondan al oficio de relojero.

Atentamente,

Antoni Nogués i Andreu