El siguiente paso se
dio con la creación del reloj pendular, cuyo principio fue concebido por
Galileo, aunque fue Huygens, un científico holandés, quien lo materializó en
1656. Este reloj suponía un gran avance con respecto a los anteriores, ya que
únicamente se desfasaba unos diez segundos al día.. El reloj de péndulo se
perfecciono durante casi tres siglos, tanto en la relojería monumental como en los
de menor tamaño
Como hemos comentado
en entradas o capítulos anteriores . los primeros relojes mecánicos eran muy
imprecisos, no se puede decir que cada hora durara lo mismo. Los problemas
técnicos no eran los únicos a los que se enfrentaron los constructores de
aquellos primitivos relojes, cada cual medía la duración del día como le venía
en gana o quizás como le ordenaban que debía
sonar a la hora. En Italia se entendía que el día comenzaba en el momento del
ocaso del astro rey, en oriente pensaban lo contrario, la aurora era el
fenómeno que daba comienzo a una nueva jornada. Finalmente se impuso el sistema
de horas francesas, que partía el día en dos porciones de doce horas,
comenzando a medianoche, como seguimos haciendo hoy.
Como
hemos comentado en entradas o capítulos anteriores . los primeros relojes
mecánicos eran muy imprecisos, no se puede decir que cada hora durara lo mismo.
Los problemas técnicos no eran los únicos a los que se enfrentaron los
constructores de aquellos primitivos relojes, cada cual medía la duración del
día como le venía en gana o quizás como le ordenaban que debía sonar a la
hora. En Italia se entendía que el día comenzaba en el momento del ocaso del
astro rey, en oriente pensaban lo contrario, la aurora era el fenómeno que daba
comienzo a una nueva jornada. Finalmente se impuso el sistema de horas
francesas, que partía el día en dos porciones de doce horas, comenzando a
medianoche, como seguimos haciendo hoy.
La palanca es una barra metálica que
se sitúa paralelamente a la superficie de la rueda de trinquete. Al eje de la
palanca se sujetan mutuamente bajo un ángulo recto dos palas. Al girar la
rueda, el diente empuja la paleta hasta que ésta se desplace del diente y deje
la rueda. Al mismo tiempo la otra paleta de la parte opuesta de la rueda penetra
en el hueco entre los dientes, reteniendo su movimiento. Merced a semejante
mecanismo la palanca se pone en movimiento oscilatorio. Durante cada uno de sus
balanceos completos la rueda de trinquete se desplaza en un diente. Cuanto más
lento transcurre el balanceo de la palanca, tanto más lento se mueve la rueda
de trinquete.
Sobre la barra de la palanca se cuelgan ciertas cargas, por lo general
piedras esféricas regulando la masa de
estas cargas y su distancia con relación al eje, se puede hacer que la rueda de
trinquete se mueva con distinta velocidad .Los relojes de rueda se
confeccionaban por lo general en forma de edificaciones muy voluminosas:
relojes de torre, de palacio o de catedral. Sus piezas eran de grandes día. En algunos
casos dimensiones y peso. Por ejemplo, en el reloj de rueda del astrónomo Tycho
Brahe, la rueda de trinquete tenía el diámetro de 91 cm y 1.200 dientes. En
algunos relojes las ruedas pesaban centenares de kilogramos loas ciudades
rivalizaban por poseer el reloj mas voluminoso . Debido a un peso excesivo de
las piezas y a la fricción considerable, los relojes de rueda necesitaban
engrasarse y tener una manutención permanente sin olvidar que además no había aun
logrado la pericia de la afinación en estas condiciones el error de las indicaciones de los relojes de
rueda era de varios minutos aldia
Uno de los ejemplos interesantes de los relojes mecánicos es el reloj del
Kremlin de Moscú. Representa una obra enorme. El mecanismo del reloj ocupa
varios pisos de la torre y las dimensiones del cuadrante son tales que cada
cifra tiene la longitud casi de la estatura de una persona. Este reloj fue
confeccionado en 1404 por el fraile Lázaro.
Desde entonces el reloj varias veces se reparó y se había modificado. La
renovación radical de este reloj fue realizado en 1709. Por orden de Pedro el
Grande, gran apasionado de los relojes, en la Torre Spasskaya del Kremlin se
instaló el reloj con música. Por orden del zar Nicolás I, el reloj fue
modificado de nuevo de manera que a mediodía, a las tres, seis y nueve tocaba
«Si es glorioso...» y la marcha del Regimiento Preobrazhenski. Era un reloj
inmenso con enormes agujas que poseían varios ejes de transmisión mecánicos.
Uno de los ejes controlaba las agujas, el otro, las campanadas, el tercero
servía para dar los cuartos de hora y el cuarto se empleaba para que el reloj
interpretase la melodía. El cuadrante de este reloj se hallaba en el octavo
piso de la torre, el mecanismo de reloj en el noveno y las 35 campanas que
daban la melodía se encontraban en el décimo piso de la torre. Después de la
Gran Revolución de Octubre el reloj del Kremlin por la disposición de V. I.
Lenin fue reparado por el ajustador (relojero) N. V. Berens de manera que
comenzaron a interpretar la melodía de «La Internacional».
En el siglo XV obtienen cada vez mayor propagación los distintos tipos de
relojes mecánicos y en su estructura se introduce un perfeccionamiento
importante, a saber el resorte de reloj. Aparecen relojes de resorte de mesa de
dimensiones relativamente pequeñas, cuya masa no superaba varios kilos.
La marcha de los relojes de resorte depende de muchos factores y en primer
lugar de la tensión del resorte y de la fricción de las ruedas.
El error de las indicaciones de la hora de los n resultó ser insuficiente.
Una serie de ciencias, en primer lugar la astronomía, requería saber calcular
el tiempo cada vez con más exactitud. Era necesario encontrar el método de
hacer que la marcha del reloj fuese más uniforme.
Fue Galileo Galilei quién halló una solución nueva en principio de este
problema, usando para contar la hora las oscilaciones del péndulo.
Conforme a la leyenda, en 1584, Galileo de veinte años de edad estando en
una catedral, bajo cuyas bóvedas altas andaba el viento, prestó atención a cómo
oscilaban las enormes lámparas de bronce suspendidas del techo. Estas lámparas
eran de diferente tamaño y distinto peso, pero estaban colgadas de unas cadenas
de la misma longitud y oscilaban con el mismo período. Dicen que eso fue
precisamente lo que sugirió a Galileo la idea de utilizar las oscilaciones del
péndulo para regular la marcha del reloj.
Más tarde Christian Huygens independientemente de Galileo elaboró un
mecanismo del reloj de péndulo y lo calculó.
El principio de funcionamiento de los relojes de péndulo es el siguiente:
el resorte crea una fuerza que mueve todo el sistema de ruedas y el péndulo
garantiza la regularidad de su marcha
Los relojes mecánicos constan de
tres elementos cualesquiera que sean sus formas, y de otros dos que pueden ser
prescindibles, contenidos y sostenidos en el armazón:
Como base tienen un mecanismo consistente en un rodaje de engranajes (rodamiento)
accionado por un peso o muelle (fuerza motriz), cuya velocidad de
rotación se controla mediante un regulador (escape).
Generalmente el mecanismo va provisto de una esfera que señala las
fracciones de tiempo a medir (cuadrante) y con frecuencia hay mecanismos
complementarios que dan las horas por medio de una campana, un gong, música… (Dispositivo
de sonería)
ARMAZÓN: Es el conjunto de elementos, unidos entre sí que
encierran y sostienen la máquina del reloj. También se llama jaula en algunos
tipos de relojes.
El armazón más antiguo es el de pilares, hecho de hierro hasta el siglo
XVII.
Los elementos horizontales son platinas o barras de metal, y están unidos
en los ángulos por pilares (verticales). Entre las platinas u otros elementos
de construcción se insertan las barras que soportan los ejes de las ruedas.
Posteriormente las platinas tienden a ser de latón y están sujetas por
pilares también de latón, pero las ruedas giran directamente apoyadas en las
platinas.
FUERZA MOTRIZ: Es el elemento que le proporciona al reloj el
impulso para que funcione todo el resto del mecanismo.
- Peso: Desde los orígenes del reloj mecánico y hasta nuestros días, la
fuerza de la energía motriz la produce un peso que hace girar la primera rueda.
Pero es evidente que este peso colgado, debe mantenerse en una posición
definida, para que la gravedad cumpla su función.
Existen gran cantidad de sistemas:
Una pesa fijada en el extremo de una cuerda o una cadena que pasa por una
polea dentada, del otro extremo de la cuerda cuelga un contrapeso, de esta
forma para darle cuerda al reloj lo único que hay que hacer es tirar del
contrapeso para hacer subir la pesa de nuevo (también puede existir sin
contrapeso, con un mecanismo de bloqueo que evite la bajada del peso).
De otra forma, se enrolla toda la cuerda o cadena sobre el eje de una rueda móvil por del extremo de la cuerda se cuelga la pesa. Para darle cuerda hay que hacer girar esa rueda en el sentido contrario al movimiento de esta.
También se puede suspender el peso sobre una polea que tiene el resto de la
cuerda enrollada en la rueda móvil superior.
- Muelle: La invención del muelle como fuerza motriz, en el siglo XV, ha
tenido una importancia extraordinaria, de pronto los relojes se liberaron de la
pared o de la torre. Bourgogne fue el inventor del muelle real, junto con su
caracol.
El muelle es un resorte helicoidal, una tira de metal enrollada en forma de
espiral en un barrilete, el muelle tiende a des compactarse, y es esta presión
la que se convierte en energía motriz mediante un eje. Pero la fuerza varía,
siendo mucho mayor cuando el muelle está totalmente enrollado, y va perdiendo
presión a medida que se desenrolla. Por eso es imprescindible, el caracol.
El barrilete donde se aloja el muelle está unido al caracol por un cordón
(tripa) o cadena (más tarde), cuando el muelle principal está enteramente
tensado, el cordón tira del extremo estrecho del caracol. A medida que marcha
el reloj y "se gasta la cuerda" (se destensa el muelle) el cordón va
regresando del caracol al barrilete. Para compensar la relajación de la tensión
del muelle principal, la espiral que describe el cordón sobre el caracol va
aumentando de diámetro. Por lo tanto se consigue que la fuerza entregada a los
engranajes del reloj permanezca constante a pesar de cambiar la tensión del
muelle principal.
ESCAPE Y REGULADOR: Son dos partes que dependen la una de la otra. Mantienen constante el ritmo del reloj (impide que la velocidad disminuya o aumente). Es el mecanismo esencial de control en todos los tipos de relojes mecánicos.
-El escape de paleta y balancín: Fue inventado en Italia entre los siglos
XIII y XIV, no se sabe por quien. Se le llama escape de paleta y balancín o
escape de rueda catalina y foliot.
El mecanismo del escape está formado por:
- una rueda de escape (de paleta, de corona o catalina)
- y un regulador de ésta (el balancín o foliot).
La rueda catalina con dientes de sierra(paletas) está movida por un tren de
engranajes accionado por el peso (no confundir con el peso dibujado en la
figura. Se trata del peso que acciona el reloj, la fuerza motriz), la rotación
de la corona se ve obstruida por dos paletas situadas en un eje vertical (el
árbol), que tiene en la parte superior un balancín o foliot (el regulador).
Cuando la paleta superior detiene el giro de la corona (produciendo un
"tic") el diente trabado de la rueda empuja progresivamente la paleta
hasta que queda libre y escapa. Al liberarse la paleta superior ha hecho girar
el árbol, y es entonces cuando la paleta inferior frena la rueda al trabarse
con otro diente (que hace un "tac"), igual que el otro, este diente
empuja la paleta que hace girar el árbol de modo que vuelve a encontrarse en la
misma posición que al comenzar al explicación. Este "tic-tac" que
dura hasta que se acaba la cuerda, es el ritmo del reloj y su velocidad.
El escape de rueda catalina o de paleta (con o sin el árbol, el regulador
se substituyó por otros) ha sido el escape más utilizado durante toda la
historia de la relojería, aunque se crearon nuevos escapes el de rueda catalina
fue de uso general hasta el siglo XIX . incluso en éste.
- El Péndulo: El péndulo, regulador que substituyó al balancín. A
mediados del siglo XVII el descubrimiento del péndulo supuso un gran avance en
la medición del tiempo, sin lugar a dudas su inventor fue Christian Huygens
matemático suizo, heredero intelectual del físico y astrónomo Galileo Galilei
que descubrió que la longitud del péndulo, y no la amplitud del balanceo es lo
que determina la duración del movimiento, Galileo a se vez se basó en los
estudios de Leonardo da Vinci que observando el movimiento de una lámpara en
una iglesia, se dio cuenta de que el balanceo duraba siempre el mismo tiempo,
tanto si el impulso era muy grande como si no.
Christian Huygens decidió aplicar estas teorías, y con la ayuda del
relojero holandés Salomón Coster, basándose en los bocetos del reloj de péndulo
que había ideado galileo, construyó en las Navidades de 1656 el primer reloj de
péndulo. Huygens había creado uno de los inventos más importantes de la
historia de la relojería.
Hacia el 1666 franceses e ingleses hacían sus propias versiones de esta
nueva maquinaria, producida en un principio en la Haya.
El nuevo regulador, tenía que "regular" a una rueda de escape que
continuó invariable, la rueda catalina, con pequeñas modificaciones.
Con el árbol el impulso venía dado sólo por el peso, y el árbol mantenía el
ritmo, de manera bastante imprecisa, los relojes solían atrasar alrededor de
media hora diaria.
Con el péndulo, el impulso viene dado indudablemente también por el peso, pero el péndulo tiene ya de por sí un ritmo, así que el trabarse y destrabarse de las paletas, sucederá con una precisión mucho mayor.
Con el péndulo, el impulso viene dado indudablemente también por el peso, pero el péndulo tiene ya de por sí un ritmo, así que el trabarse y destrabarse de las paletas, sucederá con una precisión mucho mayor.
Las variaciones se redujeron a un minuto por semana (aproximadamente).
Se crearon otros escapes, para diferentes tipos de relojes, que aportaron
cada vez mayor y mayor precisión.
-El escape de áncora: Apareció hacia el 1670, invento de William Clement,
relojero londinense, que se inspiró en los estudios de Robert Hook (biólogo,
astrónomo…) Es un dispositivo que en la forma se asemeja al ancla (o áncora) de
un buque.
El vaivén del péndulo, mece el áncora de tal manera que traba y después
destraba cada uno de los dientes de la rueda de escape, lo que a su vez permite
que la rueda gire un ángulo preciso, a diferencia del escape de paleta
utilizado en los primeros relojes de péndulo, el escape de áncora deja que el
péndulo recorra un arco determinado, más pequeño. (péndulo)
Esta invención posibilitó el empleo de un péndulo más largo (péndulo real),
que bate segundos, porque el arco recorrido por el péndulo es más pequeño. Se
creó un nuevo diseño de relojes: los relojes de pared o caja larga (con péndulo
real) que comenzó a
imponerse entre los estilos ingleses.
imponerse entre los estilos ingleses.
-El volante con muelle en espiral: En 1675 Huygens se anotó otro hallazgo
muy importante, el volante con muelle en espiral. Es un regulador. El volante
es un disco finamente equilibrado, que gira primero en un sentido y después en
el otro, repitiendo el ciclo una y otra vez, impulsado por el muelle que tiene
en el centro. Tiene una rueda de escape que mantiene (muelle) también el ritmo,
se adaptó la de áncora.
(Este es moderno. Con tornillos giratorios para lograr un excelente
equilibrio)
Así como la gravedad controla el balanceo oscilante del péndulo, este
muelle (que no es el motriz) regula la oscilación giratoria de una rueda
volante (parece levitar, volar). La creación de este regulador supuso la
invención de los relojes portátiles. Si utilizamos en un reloj: el muelle motriz
y su caracol (no son necesarias las pesas), el volante (no es necesario el
péndulo), conseguimos un reloj que se puede transportar sin temor alguno.
La imprecisión de los relojes con este mecanismo era sólo de un minuto
diario.
-Escape de cilindro: Es el escape más utilizado con los volantes. Transmite
al volante los impulsos en ambas direcciones. Fue inventado por George Graham
alrededor de 1726 (para relojes de bolsillo o portátiles provistos de volante),
se puso en lugar del escape de áncora.
Un cilindro, que substituye al eje del volante, tiene una muesca que
permite que los dientes de la cabeza triangular de una rueda de escape muy
especial puedan imprimirle un movimiento rotatorio alternativo, al actuar sobre
las paredes cóncavas o convexas del mismo, engendrando el movimiento mientras
se deslizan por los bordes del cilindro.
Pero no debe confundirse el volante del escape de cilindro (escape) con el
volante con muelle en espiral (regulador), ya que el escape y el regulador se
complementan e impulsan mutuamente, manteniendo el ritmo del reloj, los dos
volantes están en el reloj, el uno no es una evolución del otro.
El escape de cilindro (con volante) es una evolución del escape de áncora.
-Escape libre de áncora: Es una adaptación del escape de áncora. Fue ideado por el inglés Thomas Mudge, en un principio no fue muy popular y se debe a los relojeros suizos
-Escape libre de áncora: Es una adaptación del escape de áncora. Fue ideado por el inglés Thomas Mudge, en un principio no fue muy popular y se debe a los relojeros suizos
El impulso recibido de la rueda de escape se transmite mediante el extremo
opuesto del áncora, que tiene forma de horquilla, al volante. La horquilla y su
dardo actúan sobre las piezas colocadas en el eje del volante (platillo con
muesca y clavija) que transmiten el impulso de la rueda de escape dejando libre
al volante un sus oscilaciones.
-Escape de ancla en reposo: El escape de ancla fue perfeccionado para
evitar el retroceso, por George Graham y Thomas Tompion en Inglaterra en el
siglo XVIII.
Tanto para relojes cuyo regulador fuera el péndulo, (relojes
mayoritariamente de pared), como para relojes cuyo regulador fuera el volante
con muelle en espiral (relojes portátiles, de pulsera), en estos últimos la
pieza se llama escape libre de áncora en reposo.
Los dientes del ancla tienen una muesca, que hace que tengan un extremo muy
puntiagudo. El ancla es simétrica en forma de semicírculo o lo que es lo mismo
cuarto de círculo.
Así la rueda, no retrocede, sólo se frena y avanza. El dibujo es de un
escape de ancla libre en reposo, porque en la parte superior del ancla tiene un
círculo que es lo que gira en las muescas del eje del volante.
El escape de ancla en reposo, fue utilizado sobre todo para los relojes de
precisión. Actualmente casi todos los relojes mecánicos están dotados del
escape libre de áncora, con o sin retroceso.
RODAMIENTO: Son todo el conjunto de engranajes (ruedas, piñones, ejes…) que
transmiten el movimiento. Deben distinguirse dos mecanismos si un reloj lleva
sonería, porque el mecanismo que da la marcha al reloj, es casi independiente
del mecanismo de la sonería, sólo están en contacto porque las campanadas deben
darse a la vez que las horas.
Se adoptó más tarde, a partir del siglo XVII el sistema de cinco ruedas:
una rueda móvil acoplada al cilindro del órgano motor, por mediación de una
rueda dentada (muelle y caracol), la rueda de escape y dos ruedas conectadas al
sistema de fijación (la esfera) indicaban los minutos y los segundos.
El movimiento se transmitía (de una rueda a otra) gracias a los piñones
situados en los ejes.
A partir del entonces, se incrementó el número de ruedas para aumentar la
precisión y los relojes evolucionaron de formas muy diversas según los lugares,
y fueron añadiendo poco a poco los diferentes descubrimientos que se iban
haciendo, de forma muy cambiante el número de ruedas y elementos que componen
el mecanismo se iban sucediendo.
(CUADRANTE): Es la esfera del reloj, que de modos muy diversos nos indica
visualmente el paso del tiempo.
Los cuadrantes de los primeros relojes de rodamiento, del siglo XIV tenían
una forma muy característica. Se trataba de un disco blanco que giraba bajo una
aguja fija.
En un principio los relojes sólo tenían una aguja, una única manecilla, que
indicaba la hora, su precisión dejaba mucho que desear.
Se ha tendido de forma creciente a evitar la numeración sustituyéndola por
signos o pequeñas astas que mejoran la simetría de la esfera. Se distinguen
tres tipos de indicaciones en las esferas: aquellas que tienen símbolos
imágenes, o simplemente líneas. Las que tienen números. Y las que carecen de
indicaciones o referencias y únicamente son las agujas las que indican el lugar
en el que iría emplazado el número, estas bastante vistas últimamente.
Tradicionalmente se usaban los números romanos para señalar las horas y los
cuartos de horas, mientras que nuestra moderna numeración de caracteres árabes
servía para señalar los minutos (si se habían previsto), la fecha, las fases
lunares y la mayor parte de las informaciones astronómicas y del calendario.
Los números árabes se encontraban, normalmente, en las esferas provistas de
despertador.
Los días de la semana estaban representados a menudo por las divinidades de
las que tomaban el nombre, o por su símbolo. Del mismo modo, los meses también
estaban representados, frecuentemente, por sus signos zodiacales. Y los relojes
no tenían una esfera sino varias, con las diversas indicaciones.
A partir de 1680, se proveyeron a las esferas de agujas minuteras,
concéntricas a las manecillas de las horas. Y conforme fue avanzando la
precisión se fueron introduciendo las segunderas.
Por supuesto en los relojes fabricados en otros países o que iban a ser
exportados, se utilizaban otros métodos, como los números islámicos, o símbolos
chinos y japoneses.
CAJA: Los relojes van contenidos en cajas que protegen sus mecanismos.
Junto con las esferas son elementos, que aunque funcionales, desempeñan
sobretodo una función decorativa. Llevando la huella artística de su creador, o
creadores y reflejando también las corrientes de la época. En los relojes de
bolsillo las cajas son metálicas (oro, plata latón…), y en los de pared suelen
ser de madera.
(DISPOSITIVO DE SONERÍA): Mecanismo que produce sonidos que avisan del paso
del tiempo. Como ya he dicho, el rodaje de la sonería es distinto del
rodamiento del reloj, si bien están conectados. Casi todos los relojes
mecánicos están construidos de modo que una rueda da una vuelta completa cada
hora: es fácil, pues, situar una clavija en tal rueda para lanzar una palanca
que, a su vez, suelte el mecanismo de la sonería y la ponga en funcionamiento,
haciendo que un martillo golpee una campana.
El sistema más sencillo era el utilizado en el siglo XVI. Esta formado por
un rodamiento y pesas autónomas, diferente al principal. La clavija situada en
la rueda de las horas levantaba una palanca que golpeaba un martillo, una vez
cada hora. Pero este sistema fue modificado para hacer corresponder el número
de golpes a la hora anunciada.
En todos estos sistemas de sonería la velocidad del rodaje debe estar controlada
del mismo modo que el rodaje del reloj, de lo contrario seguiría acelerándose y
la campanada final no se distinguiría de las otras. En otras palabras, la
sonería necesita un regulador. Inicialmente, los relojeros tendían a servirse
de un escape, tal como suelen hacer para el rodaje del reloj, pero luego se
dieron cuenta de que los venteroles eran también eficaces, ya que no era
realmente importante que la distancia entre las campanadas fuera exactamente
igual.
Y sobre todo los venteroles eran más silenciosos que los escapes (tic-tac).
Es como una especie de ventilador, que gira muy deprisa, gastando parte de
la fuerza motriz que iba dirigida a la sonería de modo que esta no se acelera
tanto.
A partir de 1550, no es frecuente encontrar un rodaje de sonería controlado por un escape, aunque nunca faltan las excepciones.
A partir de 1550, no es frecuente encontrar un rodaje de sonería controlado por un escape, aunque nunca faltan las excepciones.
-Rueda contadera: Es el sistema más común que se mantiene hasta nuestros
días.
Consiste en un disco con unas muescas o entallas incisas en su borde,
progresivamente separadas en proporción al número de campanadas. Un reloj con
sonería basado en el sistema usual de las 12 horas, nos da un total de 78
campanadas que hay que tocar en espacio de 12 horas. Cuando la contadera gira
lentamente mientras el reloj suena, una palanca controla su avance; esta
palanca de control permite al mecanismo tocar hasta que la palanca se traba en
una hendidura, provocando la parada de la sonería hasta la hora siguiente.
La rueda contadera puede servir también para programar tanto las horas como
los cuartos y en algunos relojes italianos, los Carillones, está dispuesta de
forma que pueda poner en funcionamiento dos o más martillos a fin de poder
distinguir las horas de los cuartos, por la diversidad de tonos.
Este tipo de sonería tenía defectos, uno de ellos era que por esa pequeña
imprecisión del venterol, podía haber alguna vez un desplazamiento entre el
número de golpes y la hora que marcaba la aguja, se podía remediar corrigiendo
la aguja sobre el cuadrante de un reloj de interior, pero era bastante más
complicado en los relojes de torre.
La rueda contadera no se ha abandonado nunca y todavía puede encontrarse en
los relojes de torre y en los domésticos que tocan los cuartos.
- Surrerwek: Este término alemán no es fácil de traducir = Sonería de tubos
de órgano. La mayor parte de los relojes, que tienen este sistema datan de la
segunda mitad del siglo XVIII, y son italianos o del sur de Alemania.
La rueda de cañón o de las horas que da una vuelta cada doce horas, va
provista de una leva que controla la posición de la cola de martillo respecto a
la serie de clavijas graduadas (se asemejan a los tubos de un órgano, de ahí el
nombre) que van fijadas en la rueda de sonería.
Cuanto más abajo esté la cola del martillo, tanto mayor será el número de
clavijas capaces de accionar.
-El rastrillo o serreta y caracol: Es el tercero y más eficaz sistema de
sonería. Este invento fue siempre atribuido a Edward Barlow en 1676, aunque
ahora, parece ser que dicho mecanismo ya era utilizado en Holanda con
anterioridad. También se reivindica que este descubrimiento fue obra de Daniel
Quare, un relojero londinense.
El caracol, está montado sobre la rueda de cañón, de modo que el número de
campanadas coincida siempre y sin falta con la hora indicada. Esta leva en
forma de caracol, tiene doce entallas graduadas. El rastrillo o serreta va
provisto de una palanca con uña que se introduce en la entalla adecuada antes
de cada hora. Con ello se establece el número de dientes de rastrillo que serán
arrastrados por un pequeño diente móvil. Cada diente de rastrillo corresponde
a un golpe de martillo.
Poco a poco, las máquinas realizaban solas el trabajo sólo había que
inventarlas, y se iban substituyendo las acciones humanas por mecanismos, ya no
era necesario que alguien tocara las campanas, o que hiciera cálculos para
conseguir la distancia lunar y así la hora, aunque la máquina del reloj, tenía
un funcionamiento desconocido (para la mayoría) hacía un trabajo que antes
debían realizar los humanos.
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