martes, 7 de mayo de 2013

“Instantes de dios”



 Relojes en la edad media 

La expresión surgió en el renacimiento, en el que se consideró la edad media como una larga noche de mil años que había enterrado a Europa entre la antigüedad y el renacimiento, en esta época fue cuando comenzó a configurarse el sistema escolar. Ya a principios de la época surgieron las primeras escuelas en los conventos, se construyeron grandes catedrales, se  propagaron los oficios  de la artesanía y la  construcción; fue desarrollando diferentes naciones con ciudades, castillos, música y poesía popular.


Durante toda la edad media los monjes  fueron los más importantes en ciencias, tales como matemáticas, química, astronomía o medicina. 
Es en este contexto de invenciones y perfeccionamiento  es donde  se dan las mejores circunstancias para la evolución de los relojes mecánicos, aunque no están claramente definidos por que no existen documentos de la época que  permitieran datar o especificar estrictamente las etapas de esta evolución.  Así  medievalistas investigadores no se pusieron de acuerdo para determinar con exactitud. sin embargo, podemos decir que ahora hay un consenso de que los primeros relojes mecánicos totalmente datan de 1270- 1320, existiendo modelos suficientes y diversos que pueden acercarnos a algunos datos sobre que o cual construcción, fue anterior o posterior a las fechas declaradas
Los relojes  hechos por  piezas mecánicas móviles se construyeron en el siglo XIII, se ubicaron en catedrales iglesias y monasterios, en principio su misión era tocar “Horas Canónigas”
 



 La Iglesia fue la gran medidora del tiempo en la Europa  cristiana medieval. La unidad temporal de un día, 24 horas, que desde antiguo se dividía en dos períodos de 12 horas, se fraccionó en época medieval en siete horas canónicas. Estos siete momentos dedicados a la oración se llamaron los “instantes de Dios”. Fueron formalizados por San Benito de Nursia en su “Regula monasteriorum (Regla de los monasterios) y difundidos por la Europa cristiana a través de los escritos de San Isidoro de Sevilla, (De Eccles Officiis, libro I, cap. 19). Acabaron teniendo rango de ley en la vida cotidiana de los monasterios y afectaban a los campesinos que se reunían  en un entorno, avisados a través del sonido de las campanas de los centros religiosos.


Las horas canónicas y San Benito de Nursia
Considerado el fundador de la vida monástica en el Occidente medieval, San Benito se basó en el salmo V del Antiguo Testamento -“Siete veces al día te alabaré”- para dividir el día en siete partes, a las que se añadió después una octava, antes de acostarse cuando se daba gracias a Dios


Esta división horaria tomó sus nombres de las horas de la antigua Roma, donde el día no comenzaba en la medianoche, como hacemos ahora, sino a partir del amanecer. Esta partición del tiempo regulaba el sistema de rezos de los monjes e iba acompañado de distintos toques de campana. Seguía el esquema siguiente:

  • Maitines: Estas oraciones se realizaban a partir de la medianoche.
  • Laudes: Se rezaban al amanecer, habitualmente sobre las 3 o las 4 de la madrugada. Recibían este nombre debido a que en los salmos que habían de entonar los monjes se repetía el imperativo latino láudate, alabad.
  • Prima: Marcaba la primera hora después de salir el sol, aproximadamente las 6 o las 7 de la mañana. Está marcado por un solo toque de campana, que indicaba también al campesino que comenzaba su jornada.
  • Tercia: Llamada así pues comenzaba a la tercera hora después de salir el sol, alrededor de las 9 de la mañana, cuando la campana daba dos toques.
  • Sexta: Esta marcada por tres toques de campana e indicaba la hora del rezo a mediodía, en torno a las 12 de la mañana. Después de las oraciones se servía la comida en los meses de verano
  •  
  • Nona: Era el rezo de las 15 horas. Es la hora en que murió Jesucristo y cuando, según el pensamiento cristiano, con su sacrificio, acabaron los sufrimientos del hombre. Se señalaba esta hora con el toque de dos campanadas. Según la Regla de San Benito a esta hora se servirá la comida “desde los idus de septiembre hasta el comienzo de la cuaresma”. 
En el siglo X la ley carolingia extiende la obligación del rezo a todas las iglesias y hacia 1230 con  la extensión, aumento y movilidad de los franciscanos se edita  un nuevo  Breviario   que posteriormente  se reformo en el Concilio de Trento, pero será hasta 1568 cuando se edite al fin el “libro  de las horas” unificado



Horas Mayores: Laudes –Oficio de lectura-Vísperas
Horas menores: hora intermedia- Tercia – Sexta- Nona


Un Breviario (el término proviene de latin «breviarium», sumario o «breviarius», compendio) es un libro de la liturgia  religiosa que recoge el conjunto abreviado de las obligaciones públicas religiosas del clero a lo largo del año (más allá de la Misa) y que usualmente se contenía en un conjunto de obras mayores que constituían los denominados Libros de Horas

 

Así que los primeros relojes medievales, aparte de carecer de esferas eran artilugios de ruedas  dentadas, carecían de esfera y ajugas , estaban diseñados por ordenanza superior, para medir y hacer sonar las” horas canónigas”
Las horas canónicas fueron utilizadas durante la Edad Media. Se trata de un cambio en la hora del mundo romano, que eran, a base de una división en luz a doce días y también en doce de la noche. Este desarrollo llevó a utilizar para marcar la época de día sólo unas horas de oraciones y servicios religiosos, esta fue la sincronización primigenia
 La clave de toques de campana para cada una de esas horas la descubrió el investigador Antonio Simoni en el año 1933

  Por tanto cuando hablamos  de restauración de un reloj monumental desde la perspectiva del relojero restaurador actual , solo miramos el éxito  de su funcionalidad puntual ,la falta de unidad de criterios y estudios profundos hacen que se cambien o añadan engranajes  que no eran necesarios , pues el tiempo estaba medido, señalado, no era pues un error de cálculo matemático ,no fue el cálculo del tiempo que rigió la vida antes del siglo V, por tanto encarar una restauración de un reloj de esta época requiere cuanto menos una mirada a la historia, así no debemos banalizar o bandalizar la pieza, sino que deberíamos recurrir a un estudio previo de toque en la propia estructura del reloj, es muy probable que nos encontremos así ante un relox diseñado por autor  acorde a los mandatos de los libros de las horas, probablemente  ignoramos , para que momento de la historia se realizó  qué horas tenía que tocar ,porque  y quien  hizo el encargo, en capítulos posteriores pondremos ejemplos de algunos  de estos  relojes y describiremos alguna de las campanas de las horas en las catedrales de España
 La restauración y puesta en valor de   un reloj histórico, lleva intrínseca otra mirada y como todo, lleva un estudio metodológico, donde la documentación histórica es parte esencial




No hay comentarios:

Publicar un comentario