Relojes en la edad media
La
expresión surgió en el renacimiento, en el que se consideró la edad media como
una larga noche de mil años que había enterrado a Europa entre la antigüedad y
el renacimiento, en esta época fue cuando comenzó a configurarse el sistema
escolar. Ya a principios de la época surgieron las primeras escuelas en los
conventos, se construyeron grandes catedrales, se propagaron los oficios de la artesanía y la construcción; fue desarrollando diferentes
naciones con ciudades, castillos, música y poesía popular.
Durante
toda la edad media los monjes fueron los
más importantes en ciencias,
tales como matemáticas, química, astronomía o medicina.
Es en
este contexto de invenciones y perfeccionamiento es donde se dan las mejores circunstancias para la
evolución de los relojes mecánicos, aunque no están claramente definidos por
que no existen documentos de la época que
permitieran datar o especificar estrictamente las etapas de esta
evolución. Así medievalistas investigadores no se pusieron
de acuerdo para determinar con exactitud. sin embargo, podemos decir que ahora
hay un consenso de que los primeros relojes mecánicos totalmente datan de 1270-
1320, existiendo modelos suficientes y diversos que pueden acercarnos a algunos
datos sobre que o cual construcción, fue anterior o posterior a las fechas
declaradas
Los relojes hechos por
piezas mecánicas móviles se construyeron en el siglo XIII, se ubicaron
en catedrales iglesias y monasterios, en principio su misión era tocar “Horas
Canónigas”
La Iglesia fue la gran medidora del
tiempo en la Europa cristiana medieval.
La unidad temporal de un día, 24 horas, que desde antiguo se dividía en dos
períodos de 12 horas, se fraccionó en época medieval en siete horas canónicas.
Estos siete momentos dedicados a la oración se llamaron los “instantes de
Dios”. Fueron formalizados por San Benito de Nursia en su “Regula monasteriorum”
(Regla de los monasterios) y difundidos por la Europa cristiana a través de los
escritos de San Isidoro de Sevilla, (De Eccles Officiis, libro I, cap.
19). Acabaron teniendo rango de ley en la vida cotidiana de los monasterios y
afectaban a los campesinos que se reunían
en un entorno, avisados a través del sonido de las campanas de los
centros religiosos.
Las horas canónicas y San Benito de
Nursia
Considerado el fundador de la vida monástica en el Occidente medieval, San
Benito se basó en el salmo V del Antiguo Testamento -“Siete veces al día te alabaré”- para dividir el día en
siete partes, a las que se añadió después una octava, antes de acostarse cuando
se daba gracias a Dios
Esta división horaria
tomó sus nombres de las horas de la antigua Roma, donde el día no comenzaba en
la medianoche, como hacemos ahora, sino a partir del amanecer. Esta partición
del tiempo regulaba el sistema de rezos de los monjes e iba acompañado de
distintos toques de campana. Seguía el esquema siguiente:
- Maitines: Estas oraciones se realizaban a partir de la medianoche.
- Laudes: Se rezaban al amanecer, habitualmente sobre las 3 o las 4 de la madrugada. Recibían este nombre debido a que en los salmos que habían de entonar los monjes se repetía el imperativo latino láudate, alabad.
- Prima: Marcaba la primera hora después de salir el sol, aproximadamente las 6 o las 7 de la mañana. Está marcado por un solo toque de campana, que indicaba también al campesino que comenzaba su jornada.
- Tercia: Llamada así pues comenzaba a la tercera hora después de salir el sol, alrededor de las 9 de la mañana, cuando la campana daba dos toques.
- Sexta: Esta marcada por tres toques de campana e indicaba la hora del rezo a mediodía, en torno a las 12 de la mañana. Después de las oraciones se servía la comida en los meses de verano
- Nona: Era el rezo de las 15 horas. Es la hora en que murió Jesucristo y cuando, según el pensamiento cristiano, con su sacrificio, acabaron los sufrimientos del hombre. Se señalaba esta hora con el toque de dos campanadas. Según la Regla de San Benito a esta hora se servirá la comida “desde los idus de septiembre hasta el comienzo de la cuaresma”.
En el siglo X la ley
carolingia extiende la obligación del rezo a todas las iglesias y hacia 1230 con
la extensión, aumento y movilidad de los
franciscanos se edita un nuevo Breviario
que posteriormente se reformo en el Concilio de Trento, pero será hasta 1568
cuando se edite al fin el “libro de las
horas” unificado
Horas Mayores: Laudes –Oficio de lectura-Vísperas
Horas menores: hora intermedia- Tercia – Sexta- Nona
Un Breviario (el término
proviene de latin «breviarium», sumario o «breviarius»,
compendio) es un libro de la liturgia
religiosa que recoge el conjunto abreviado de las obligaciones públicas
religiosas del clero a lo largo del año (más allá de la Misa) y que usualmente
se contenía en un conjunto de obras mayores que constituían los denominados Libros
de Horas
Así que los primeros relojes
medievales, aparte de carecer de esferas eran artilugios de ruedas dentadas, carecían de esfera y ajugas ,
estaban diseñados por ordenanza superior, para medir y hacer sonar las” horas
canónigas”
Las horas canónicas fueron utilizadas durante la Edad Media. Se trata de un
cambio en la hora del mundo romano, que eran, a base de una división en luz a
doce días y también en doce de la noche. Este desarrollo llevó a utilizar para
marcar la época de día sólo unas horas de oraciones y servicios religiosos,
esta fue la sincronización primigenia
La clave de toques de campana para cada una de
esas horas la descubrió el investigador Antonio Simoni en el año 1933
Por tanto cuando hablamos de restauración
de un reloj monumental desde la perspectiva del relojero restaurador actual ,
solo miramos el éxito de su
funcionalidad puntual ,la falta de unidad de criterios y estudios profundos
hacen que se cambien o añadan engranajes
que no eran necesarios , pues el tiempo estaba medido, señalado, no era
pues un error de cálculo matemático ,no fue el cálculo del tiempo que rigió la
vida antes del siglo V, por tanto encarar una restauración de un reloj de esta época
requiere cuanto menos una mirada a la historia, así no debemos banalizar o
bandalizar la pieza, sino que deberíamos recurrir a un estudio previo de toque
en la propia estructura del reloj, es muy probable que nos encontremos así ante
un relox diseñado por autor acorde a los
mandatos de los libros de las horas, probablemente ignoramos , para que momento de la historia
se realizó qué horas tenía que tocar
,porque y quien hizo el encargo, en capítulos posteriores
pondremos ejemplos de algunos de
estos relojes y describiremos alguna de
las campanas de las horas en las catedrales de España
La restauración y puesta en valor de un reloj histórico, lleva intrínseca otra
mirada y como todo, lleva un estudio metodológico, donde la documentación
histórica es parte esencial
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